(Libertad Digital) Tras regresar a España, Rachid Aglif aceptó colaborar con la Policía para ubicar a Jamal Ahmidan "El Chino" ya que mantenía una deuda con éste y se le ofreció el dinero para saldarla, tal y como adelantó el propio diario El Mundo el pasado 2 de julio. Así, la Unidad Central Operativa (UCAO) puso a un colaborador de Aglif a seguir al enviado de Ahmidan hasta llegar a las inmediaciones de la calle Carmen Martín Gaite de Leganés, sólo un día antes de que ocurriera la explosión.
El Mundo revela además que "El Conejo" fue visitado en la cárcel en dos ocasiones por agentes de la Guardia Civil, tal y como apunta un informe instituto armado. La primera visita se realizó el 9 de abril de 2004, tres días después de su detención y la segunda el 15 de abril. En esas fechas los agentes también visitaron en la cárcel a Zouhier, cosa que él mismo reveló durante la vista oral denunciando incluso a amenazas de muerte. Sin embargo, ni Aglif ni su abogado informaron sobre dichos encuentros.
El 21 de febrero de este año, "El Conejo" admitió ante el tribunal del 11-M que coincidió con "El Chino" en una reunión en un restaurante de comida rápida de Madrid pero explicó que se trató de la venta de hachís al tiempo que negó que se le ofreciera explosivos a cambio de la droga. Sobre su relación con "El Chino", Aglif reconoció que tenía confianza con él porque era "buen cliente" de la carnicería de sus padres y señaló que en alguna ocasión le compró tarjetas telefónicas al acusado Jamal Zougam en el locutorio que regentaba en el barrio de Lavapiés.