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Rajoy pasa de reclamar 4 millones de firmas a no tener "nada" que decir

Después de una dura campaña para recoger firmas contra el Estatuto, Rajoy impone ahora el silencio en las filas del PP sobre el órdago de los medios catalanes contra el TC. "Cada uno puede opinar lo que quiera, hasta ahí podíamos llegar", se ha limitado a decir a la salida del Congreso.

Después de una dura campaña para recoger firmas contra el Estatuto, Rajoy impone ahora el silencio en las filas del PP sobre el órdago de los medios catalanes contra el TC. "Cada uno puede opinar lo que quiera, hasta ahí podíamos llegar", se ha limitado a decir a la salida del Congreso.

El presidente del PP parece padecer amnesia. Hace tan sólo tres años promovió una campaña entre los ciudadanos reclamando firmas contra el Estatuto catalán. Algunos de los que osaron apoyarle en la campaña fueron agredidos, pero consiguió la friolera de cuatro millones de rúbricas que presentó orgulloso en el Congreso en abril de 2006 para pedir al Gobierno un referéndum en toda España sobre el Estatuto de Cataluña.

Ahora Mariano Rajoy impone la ley del silencio tras el incendiario editorial de los principales periódicos catalanes contra el Tribunal Constitucional. Sólo Esteban González Pons se ha saltado el guión y ha hablado de "unanimidad extraña y sospechosa".

 

"No voy a decir nada; mi posición es conocida: es el respeto a la ley y a las reglas del juego, y punto. Y a partir de ahí, cada uno puede opinar lo que quiera, hasta ahí podíamos llegar", se limitó a decir el líder del PP a la salida del Congreso de los Diputados.

Una postura que contrasta, en mucho, con la petición que le hacía Alejo Vidal Quadras en una entrevista con Libertad Digital. El eurodiputado del PP ha exigido a su jefe de filas que se quite la venda y pase al ataque político ante "la gravedad de la situación" en Cataluña. "Están desafiando abiertamente al Estado y ante esta situación el PP no puede mirar para otro lado, tiene que afrontarlo", exclamó el ex presidente de los populares catalanes.

Sin embargo, la consigna es otra y así lo han puesto de relieve los miembros de la cúpula nacional del PP que este jueves han atendido a los medios de comunicación. La primera en evitar referirse al órdago de los medios catalanes era Soraya Sáenz de Santamaría. La portavoz popular se limitaba a remarcar que el origen del debate estriba "en la irresponsabilidad de Rodríguez Zapatero".

Tampoco era contundente María Dolores de Cospedal, que casi calcaba las declaraciones de su compañera en el Cámara Baja. La secretaria general del PP se limitó a decir que es "absolutamente intolerable que se presione al Alto Tribunal desde el ámbito político o desde cualquier otro punto de vista".

La relación de Rajoy con La Vanguardia

El motivo de esta inacción política, según fuentes del seno del PP de máxima solvencia, es que Génova "no quiere ni puede enemistarse" con varios de los medios firmantes y, en especial, con el diario La Vanguardia, donde "a Rajoy le entrevistan un día sí y otro también".

Otra razón, la oficial, es que la dirección nacional no quiere hacer lo que hacen sus enemigos políticos: presionar al Tribunal Constitucional. "El PP acatará la decisión del TC sea cual sea la sentencia del Estatuto catalán", explica un portavoz autorizado.

Estas mismas fuentes declinan hacer una valoración sobre el "clientelismo" que, según Vidal Quadras, caracterizan a los medios firmantes del editorial.

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