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Rajoy prevé un adelanto electoral tras el 22-M que le enfrente a Rubalcaba

El PP tiene diseñada una hoja de ruta con una fecha clave: el 22-M, elecciones locales y regionales. Si arrasan, prevén generales pocos meses después.

El PP tiene diseñada una hoja de ruta con una fecha clave: el 22-M, elecciones locales y regionales. Si arrasan, prevén generales pocos meses después.

Los hechos podrían precipitarse a partir del veintidós de mayo, fecha en la que están convocadas las elecciones autonómicas y locales. En caso de que, como así se desprende de la casi totalidad de estudios demoscópicos, el PSOE se hunda, el Partido Popular ya estudia un calendario que incluye un adelanto de la cita con las urnas a nivel nacional.

Según ha podido saber Libertad Digital, Mariano Rajoy trabaja con el escenario, cada vez más real, de que José Luis Rodríguez Zapatero no agote la legislatura. Lo primero que tendría que ocurrir para que dicha hipótesis se cumpla es que los sondeos tengan razón y los socialistas pierdan el control de autonomías y ciudades clave en los comicios de dos meses.

El PP vislumbra ya un territorio nacional bañado por el azul en la noche electoral, siendo claves determinadas plazas, empezando por Castilla-La Mancha. Sin embargo, los populares tienen serias opciones de vuelco -según sus encuestas- en Extremadura, Baleares o Canarias.

El caso andaluz también será decisivo. En esta región las elecciones no son autonómicas, pero sí locales. Esta misma semana, varios sondeos avanzaron que el PP ganará en todas las capitales de provincia, salvo en Sevilla. Javier Arenas cree que la ciudad hispalense también puede ser suya.

Los planes de Zapatero, según Génova

Un terremoto electoral que, según los estrategas de Rajoy, tendrá consecuencias; derivaciones que también son abordadas en La Moncloa, y especialmente por el presidente del Gobierno.

Si el PSOE pierde sus feudos clave, Zapatero activará el Plan B, que más bien podría definirse como el A, y que pasa por un adelanto de las generales tras las vacaciones de verano. Así lo creen en las capas de mayor decisión del PP, que aseguran tener "contactos" tanto en Ferráz como en Presidencia.

Según este boceto, hasta pasadas las elecciones regionales y locales, Zapatero no abordaría el espinoso asunto de la sucesión. Sería tras el batacazo. Entonces, señalaría a Alfredo Pérez Rubalcaba como el elegido a enfrentarse con Rajoy. "Le libraría de un desgaste innecesario, el de toda la campaña electoral".

"Tengo el convencimiento", dijo el líder del PP recientemente, de que Zapatero se decantará por el vicepresidente primero. Muchos en su entorno piensan como él. Sea cual fuere, Rajoy está convencido de que él será el próximo presidente.

La fecha de las elecciones, a nivel nacional, tampoco sería fruto del azar: tras las vacaciones estivales, en octubre o noviembre. Así, Rubalcaba iría a las urnas "con menos golpes", ya que en los meses de julio y agosto la actividad política queda visiblemente reducida y los españoles "están a otras cosas".

Además, y lo más importante, el Ejecutivo espera mejores datos económicos pasados los primeros meses de 2011. "Entienden que se conseguirá empleo en verano y que se suavizará la caída después". Una hipótesis: incluir debates sociales que los socialistas forzarían, como la aparcada Ley de Libertad Religiosa.

Reuniones clave del PP

Así pues, y a tenor de que las elecciones nacionales podrían ser en 2011 y no en 2012, el PP ha convocado dos cumbres clave, decisivas, en el devenir de los acontecimientos. Una se celebra a partir de mañana en Palma de Mallorca, y a ella acuden todos los candidatos a nivel regional. Muchos de ellos ya están en la isla, y corroboran este diagnóstico.

La otra cita será a finales de este mismo mes en Toledo, y los protagonistas serán los cabezas de cartel a las alcaldías. A todos ellos Rajoy podría desvelarles este escenario, haciendo hincapié en la necesidad de arrasar el 22-M. "Zapatero no busca ganar. Busca perder por menos de lo que dicen las encuestas. Nosotros creemos que da igual la fecha, que los españoles quieren cambio", sentencia un alto cargo del PP.

"España tiene sed de urnas, tiene prisa por apuntalar su esperanza, por dotarla de un contenido fiable", sentenció Rajoy en la clausura de la Convención Nacional de Sevilla, que sirvió de pistoletazo de la precampaña. Entonces habló de una "nueva etapa" que podría llegar antes de lo esperado.

Esta misma semana, el veteranísimo Juan José Lucas, vicepresidente segundo del Senado y miembro de importantes órganos internos, hizo un augurio público, que provocó la carcajada del público. "El invento socialista no va a resistir más", y dio una fecha tope: otoño de 2011. Una hipótesis que parecía personal pero que ahora se vislumbra como una auténtica hoja de ruta.

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