José Antonio Alonso (PSOE). Calificó a Mariano Rajoy de "un político en decadencia" que, en sus sucesivas intervenciones, pasó de un tono "chulesco" directamente al "insulto". Destacó que no lanzó "ni una sola propuesta concreta" para salir de la crisis económica. A su juicio, Rajoy utilizó un tono "muy crispado", basó su discurso "en la pura y dura descalificación" e incluso llegó a "insultar" a los "169 diputados del PSOE" tildándoles de "analfabetos". "No ha estado a la altura ni siquiera en el estilo", lamentó. "No es un líder de la oposición responsable con una alternativa que ofrecer, es un político en decadencia que no tiene programa, ni guarda las formas, ni tiene ningún fondo político", resumió.
Leire Pajín (PSOE). Lamentó que el líder del PP quisiera "escudarse en la falta de tiempo" para "excusar su falta de propuestas concretas y de discurso alternativo". "Es algo muy sorprendente en un parlamentario experimentado como él y que presume de ello", apuntó. Según dijo, los ciudadanos pudieron ver en el PP "lo de siempre", es decir, que frente a las "once medidas y más de cien propuestas concretas" que el presidente del Gobierno ha hecho "para un nuevo modelo económico", la oposición no hace "ni una sola propuesta".
Jorge Moragas (PP). Afirmó que la intervención de Rajoy tuvo "un tono razonable", pero Zapatero quería plantear un debate sobre el estado de la oposición y por eso respondió "con más energía" en sus réplicas. Consideró que Zapatero quiso desviar la atentión sobre el "lamentable estado de la nación" mientras Rajoy prefirió centrarse "en el principal tema", la economía.
Elena Valenciano (PSOE). Consideró que Rajoy, en vez de usar su tiempo para concretar soluciones a la crisis volvió "a la crítica dura y poco constructiva", "insultando" incluso a los diputados del PP. Así, insistió en que el líder del PP utilizó su tiempo "para destruir". Sin embargo, consideró que la intervención de Zapatero fue "casi un programa de Gobierno", "una hoja de ruta" para salir de la crisis.