El vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo este viernes que ignora si, pese al alto el fuego, el grupo Otazua estaba actualmente trabajando en la planificación de algún atentado, siguiendo las órdenes de la dirección etarra. En cualquier caso, el ministro se felictó porque, según dijo, "de todo lo que le quedaba" a la banda, "este grupo era lo más importante".
"Ignoro si estaban haciendo algo en este momento", dijo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros donde, sin embargo, recordó que aún no han acabado las declaraciones de los detenidos ante la Guardia Civil y emplazó a esperar a conocer el contenido del auto que, sobre los arrestados, dictará el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska este fin de semana.
Rubalcaba sí reconocó que este grupo etarra había hecho información sobre "localidades, Casas del Pueblo (las sedes del PSE) y edificios oficiales", pero matizó que fue "hace años". Además, reconoció que este grupo de terroristas habían "comprobado información que le había facilitado ETA, probablemente de Francia, sobre un juez y un ertzaintza", pero que rechazaron llevar a cabo estas acciones porque eran "muy difíciles de realizar".
"Con toda la cautela del mundo creo que, de todo lo que le quedaba a ETA, este era el comando más importante y por tanto sí puedo decir, esto sí, que estamos cerca del final (de ETA) con toda seguridad", manifestó sobre las detenciones. Le otorgó especial importancia al hecho de que la detención de estos etarras hubiese permitido esclarecer atentados, "fundamentalmente" el que acabó con la vida del Inspector de Policía Antonio Eduardo Puelles y el brigada Luis Conde.
El atentado de Palmanova, pendiente
"Prácticamente todos los atentados desde 2004 están esclarecidos, los más importantes, excepto Palmanova", donde fueron asesinados dos guardias civiles el 30 de julio de 2009, dijo el ministro.
Además, destacó el mérito de la operación debido a que se trataba de un grupo de etarras no fichados por las Fuerzas de Seguridad que "llevan una vida aparentemente normal, integrados en la sociedad vasca". Según dijo "un comando de 'legales' es siempre muy peligroso", insistió, recordando como el atentado de Burgos "podría haber sido una masacre".