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Savater: "La idea de España me la sopla y me la suda"

La Fundación por la Libertad, que preside Nicolás Redondo Terreros, organizó este martes una mesa redonda bajo el título "una visión crítica del Estatuto desde tres nacionalidades históricas". En ella el filósofo vasco, Fernando Savater dijo que que la "idea de España es para fanáticos y semicuras" y a él se la "sopla" y se la "suda". A Arcadi Espada, que también participó en el coloquio, la que se la "sopla" es la "idea de Cataluña". Junto a ellos, intervino en la mesa el constitucionalista gallego Roberto Blanco, que precisó que el concepto "nación" sí es jurídico.

La Fundación por la Libertad, que preside Nicolás Redondo Terreros, organizó este martes una mesa redonda bajo el título "una visión crítica del Estatuto desde tres nacionalidades históricas". En ella el filósofo vasco, Fernando Savater dijo que que la "idea de España es para fanáticos y semicuras" y a él se la "sopla" y se la "suda". A Arcadi Espada, que también participó en el coloquio, la que se la "sopla" es la "idea de Cataluña". Junto a ellos, intervino en la mesa el constitucionalista gallego Roberto Blanco, que precisó que el concepto "nación" sí es jurídico.
L D (Europa Press) Los tres oradores, vasco, gallego y catalán, aportaron su punto de vista sobre el Estatuto después de una introducción del presidente de la Fundación, Nicolás Redondo Terreros, quien agradeció la presencia de dirigentes del PP y del PSOE en el acto como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el diputado Ignacio Astarloa, la eurodiputada Rosa Díez y el parlamentario José Acosta.
 
Redondo, quien apuntó que es importante que los dirigentes de los dos partidos se vean en sitios distendidos, afirmó que su país es España y que le agobia cuando ve a algún compañero de partido defendiendo un discurso identitario.
 
Fernando Savater dijo, durante el coloquio posterior a la exposición inicial, que "la idea de España no me interesa" y añadió que se la "sopla" y se la "suda". Precisó que lo que le interesa son los derechos, los valores y los ciudadanos. "La idea de España es para fanáticos y semicuras", aseveró. El filósofo había comenzado su introducción preguntándose "¿quién va a sacar algo de todo esto?", en referencia al Estatuto y expuso que el término "nación" para Cataluña, no es lo que le preocupa, sino lo que se pretende conseguir con esa denominación, lo que va a significar el nombre.
 
En su opinión, lo que se ha llamado pelea "nominalista" no es tal, desde el mismo momento en el que son un grupo de políticos los que la han emprendido. "¡Qué otra cosa puede querer decir –esa denominación– más que se quiere un Estado!", exclamó. Precisó que la nación es un concepto cultural, mientras que el Estado "tiene una nómina y poderes, un reparto de poder" que, a su juicio, es lo que persiguen los políticos. "No me importa que se llame nación, lo que me importa es lo que se está pidiendo", reiteró para advertir que esto empieza "como todas las reivindicaciones nacionalistas, siendo absurdas y terminan siendo obvias".
 
Para Savater, esta reivincidación del Estatuto es una "flor artificial", pero puede multiplicarse por 17 y "todas echarán raíces". También se mostró en contra de que se establezcan diferencias entre las CCAA y argumentó que si se ha acabado con las diferencias de raza, color o sexo, cómo va a quedar ahora la diferencia por haber nacido en Lugo o Albacete. En su opinión, esto sólo puede acabar en un "apaño" que deje al conjunto "fragilizado" e insatisfechos a los que pedían más y avisó de que el "eco" de lo que está pasando en Cataluña repercutirá en el País Vasco".
 
Arcadi: "Es un auténtico informe sobre la decadencia moral e intelectual de mi país"
 
El profesor y periodista Arcadi Espada también apuntó que el concepto de "nación" no es "inocente" sobre todo si se vincula con la parte dedicada a la financiación donde, asegura, se establece una "estricta sumisión" de España y Cataluña a la negociación bilateral. La "bilateralidad" es en su opinión un fundamento para "aflojar los vínculos con España".
 
Arcadi Espada, quien confesó que le duele que este Estatuto lo haya hecho la izquierda, realizó un análisis irónico de parte del texto apuntando los errores gramaticales y semánticos del mismo, que forman parte de una "jerga post moderna". En su opinión, el texto es un "auténtico informe sobre la decadencia moral e intelectual de mi país". Considera que no ha sido escrito sino "muñido", carece de "inteligencia política" y lo que hay es, dijo, el "compromiso más chabacano entre esa coalición extraña cultural y política".
 
Puso como ejemplo la afirmación de que "todas las personas en Cataluña" tienen el derecho y el deber de hablar catalán. Apuntó que eso significa que un piloto que aterrice por unas horas deberá hablar catalán y añadió también la obligación de hablar "aranés" para ese piloto puesto que se declara lengua oficial. Recordó, asimismo, la frase en la que se afirma que "Cataluña ha modelado un paisaje" y se preguntó irónicamente si existía antes que el mito.
 
Arcadi Espada señaló que nadie había hablado antes de los derechos históricos que se recogen en el Estatuto, afirmando que son muy jóvenes por lo tanto para ser históricos esos derechos. También recordó que no aparecen los derechos históricos de esos tres millones de personas que llegaron a Cataluña en plena post guerra. "Es una pequeña grieta en el blindaje colectivo", ironizó. Su conclusión es que desde la primera a la última frase, el texto es una reclamación de autodeterminación y añadió que la idea de Cataluña se la "sopla".
 
El concepto nación sí es jurídico
 
El experto constitucionalista gallego, Roberto Blanco, también incidió en la "bilateralidad", afirmando que todo el texto está recorrido por este principio que refleja la obsesión por reducir la presencia del Estado en Cataluña. Recuerda también que se habla de libre determinación de los pueblos y apunta que el concepto "nación" sí es jurídico, porque todos los conceptos que aparecen en las leyes lo son.
 
Blanco considera que la voluntad del "muñidor" es hacer un texto constitucional y puso como ejemplo la "bilateralidad" y la pretensión de la "desaparición fiscal del Estado en Cataluña". "Si lo multiplicamos por 17 dejamos de tener Estado", exclamó. También apuntó la "obsesión" de Cataluña por estar presente en los organismos del Estado. Recordó que en la segunda república, las regiones estaban presentes en el Tribunal de Garantías Constitucionales y este órgano fue un "desastre".
 
En su opinión, el texto ni es constitucional, ni tampoco federal, sino que las técnicas del Estatuto son confederales y recordó que que no hay un sólo Estado federal que renuncie a recaudar impuestos. Sobre la posibilidad de reformarlo en el Congreso, considera que es como tratar de convertir una apisonadora, con sus dos grandes rodillos, en un descapotable. En este sentido, dijo tener la impresión de que dejarlo como una patena, que es lo que prometió Zapatero, consiste en "tunear el estatuto". "Quizá –concluyó– con una cierta ceguera uno puede ver que la apisonadora sea un descapotable

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