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Segunda huelga de jueces para el Gobierno de Zapatero

Por segunda vez en los últimos ocho meses jueces de toda España cuelgan sus togas este jueves para reivindicar la modernización de la Administración de Justicia. La Asociación Profesional de la Magistratura, mayoritaria en la Carrera Judicial, protagoniza el paro.

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anfu dijo el día 7 de Octubre de 2009 a las :

La única reforma que pretende el gobierno es la de poner a los jueces a sus pies, ya lo han conseguido con los Fiscales, y con algunos Jueces de los que hay claros ejemplos, ellos designan al Consejo General del POder Judicial, a los Magistrados del Supremo(los únicos que les pueden juzgar por su privilegio de aforamiento) a los integrantes de los altos tribunales regionales(TSJ) los que también juzgan a los politicos regionales. Se pretende acabar con la separación de poderes, aniquilando la independencia de forma total, y si se consigue, que nadie, nadie, se queje luego, si todos queremos a garzones en todos los juzgados y tribunales, es lo que todos habrán querido, en esto se la juega toda la sociedad, no sólo los Jueces

nickcero dijo el día 7 de Octubre de 2009 a las :

Deberián pedir una justicia independiente y sobre todo justa, y los jueces que presuntamente prevarican como vemos todos, o nos parece, que se vayan al paro. ¿ hay alguno decente ?

Iñaki_R dijo el día 7 de Octubre de 2009 a las :

¿Huelga? ¿Cómo se atreven a envilecer esa palabra sagrada?
Lo que sucede es que están rabiosos porque no pueden boicotear una reforma legislativa en marcha, aprobada por UNANIMIDAD en el Congreso y en el Senado, para convertir de una vez la Administración de Justicia en un servicio público, sacándola de las manos de esa casta corporativista y prepotente.
Muchos de ellos han entrado por ello en crisis de identidad. Pues nada: al psiquiatra, que para eso está.
Lo que dicen no se lo creen ni ellos.
Una cosa les pedimos muchos ciudadanos: si se ponen en huelga, que sea de hambre y llévenla a sus últimas consecuencias. En esto tendrían el apoyo unánime de la ciudadanía.
De momento, gozan de una repulsa cada día más unánime.