Todo quedó en un susto, pero podría haber sido más grave. En la agenda del líder del PP, Mariano Rajoy, estaba prevista una visita al recinto ferial de Puertollano, esta semana en fiestas, junto a María Dolores de Cospedal y buena parte de la cúpula del partido en Castilla-La Mancha.
Sin embargo, cuando llegaron al lugar de los festejos se encontraron con un escenario en nada parecido al que se esperaban: todas las casetas estaban cerradas y allí sólo se encontraba un considerable grupo de jóvenes haciendo botellón. El problema llegó cuando éstos empezaron a insultar e increpar a los dirigentes del PP. “Maricón, maricón”, le espetaron al líder de la oposición. A Cospedal le emplazaron a que se fuera a Murcia “con Valcárcel”.
Al ver que los ánimos se caldeaban, el cordón policial -compuesto por media docena de agentes municipales- que protegía a la delegación del PP se vio en la obligación de intervenir a fin de evitar “algún tipo de actitud violenta” por parte de los radicales, que llegaron a seguirles con actitud amenazante.
La tensión fue tal que ya antes de la visita el equipo de Génova que suele acompañar a Rajoy intentó, sin éxito, cancelar el paseo “viendo el panorama” del recinto ferial.
Previamente, el presidente de los populares y su secretaria general protagonizaron un almuerzo con decenas de simpatizantes y militantes del partido. En los últimos actos de Cospedal en la comunidad se han producido algunos altercados por la retirada del Estatuto de Castilla-La Mancha.