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Un grupo de radicales intenta agredir a Gotzone Mora cuando visitaba la plaza de Guecho para evaluar la batalla campal

El amedrentamiento y la violencia contra personas y asociaciones críticas con la negociación con ETA no cesa, pese a la apariencia de paz y diálogo que el Gobierno y el PSOE pregonan. La concejal del PSE en Guecho, Gotzone Mora, ha tenido que ser protegida este domingo por su escolta de los insultos y el intento de agresión de un grupo de radicales, mientras visitaba la plaza dañada por una batalla campal durante las fiestas locales. "Me han llamado de todo y ha tenido que interponerse mi escolta, ante el cariz que tomaban las amenazas", ha explicado a Libertad Digital la profesora de la Universidad del País Vasco. Un equipo de ETB presenció los hechos, pero no hizo nada por grabarlos.

El amedrentamiento y la violencia contra personas y asociaciones críticas con la negociación con ETA no cesa, pese a la apariencia de paz y diálogo que el Gobierno y el PSOE pregonan. La concejal del PSE en Guecho, Gotzone Mora, ha tenido que ser protegida este domingo por su escolta de los insultos y el intento de agresión de un grupo de radicales, mientras visitaba la plaza dañada por una batalla campal durante las fiestas locales. "Me han llamado de todo y ha tenido que interponerse mi escolta, ante el cariz que tomaban las amenazas", ha explicado a Libertad Digital la profesora de la Universidad del País Vasco. Un equipo de ETB presenció los hechos, pero no hizo nada por grabarlos.
(Libertad Digital) La concejal socialista Gotzone Mora ha sufrido este domingo el amedrentamiento, las amenazas y el intento de agresión de un grupo de radicales en la plaza de Guecho. La edil se acercó a comprobar el estado de la plaza tras la batalla campal registrada durante la madrugada de este domingo entre más de cien jóvenes y agentes de la Ertzaintza. Según el departamento vasco de Interior y el Ayuntamiento –gobernado por PNV, EA y EB–, la violencia comenzó como la pelea de dos jóvenes durante las fiestas, para degenerar en violentos enfrentamientos entre dos pandillas, y entre éstas y la policía autonómica.
 
La profesora Mora ha descrito a Libertad Digital que se vio hostigada, desde el primer momento, por un grupo "en principio pequeño, pero al que se fueron sumando personas y que acabo siendo de unos treinta o cuarenta". El acoso empezó con insultos y exclusiones: "Carroñera", "Vete de Euskal Herria", "Aquí sobras", tuvo que escuchar Gotzone Mora, "entre otras descalificaciones más fuertes", contó la concejal a este diario.
 
De los insultos se pasó a las amenazas, a medida que el grupo crecía y se envalentonaba. La concejal recuerda que intentó hacerles ver que "estaba en mi ciudad y en mi derecho de pasear por ella y de comprobar el estado de la plaza tras los altercados de anoche, como vecina y concejal que soy", pero el amedrentamiento fue a más y tuvo que interponerse el escolta de Mora para calmar a los radicales y sacarla de allí lo antes posible.
 
"No sé qué habría pasado si mi escolta no llega a intervenir, probablemente habrían acabado agrediéndome", reconoce Gotzone Mora, que lamenta que "nadie de las 500 personas que, aproximadamente, había en la plaza aquella hora, incluido un equipo de la ETB, hizo nada por parale los pies a los radicales o, siquiera, por documentar aquella barbarie y difundirla, para que se vea lo que está pasando aquí  a diario, bajo la apariencia de paz y de diálogo que nos quieren vender".
 
Sólo una señora, señala Gotzone Mora, "se acercó para decirme, en voz baja: no les haga usted caso". La profesora de la UPV indica que este intento de agresión "ilustra sobre la vida cotidiana de miles de personas en el País Vasco, que viven amedrentadas y sometidas a la opresión totalitaria" de ETA-Batasuna con la comprensión del nacionalismo llamado "democrático" y a la "indiferencia del PSOE y del Gobierno, que es lo que más duele, porque nos recuerda cada día que las víctimas están completamente solas y quienes defienden la libertad también".
 
El pasado 23 de julio, la sede del PP en Guecho amaneció con una amenaza pintada en su fachada: "Un pepero muerto, un euskaldun contento". En Navarra, los empresarios han denunciado una nueva remesa de cartas de extorsión, que el Gobierno ha ordenado no investigar, según Epoca, siguiendo la doctrina de que la violencia terrorista ha cesado y la tregua de ETA es sincera.
 

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