(Libertad Digital) El ministerio de Administraciones Públicas, dirigido por la socialista Elena Salgado, hizo públicos esta semana los datos del Registro de Representantes Electos de 2007. De ellos, se desprende la falta de preparación de la gran mayoría de los alcaldes españolas, así como de los concejales que completan las corporaciones locales.
De hecho, el perfil general que traza el propio ministerio sobre los primeros ediles de las localidades españolas es el de un hombre de entre 46 y 65 años, con estudios de Bachillerato o equivalente, y cuya actividad profesional está relacionada con los servicios.
Entrando en profundidad en los datos, se aprecia que uno de cada cuatro alcaldes, más de 2100, (el 25,95 por ciento) tan sólo ha estudiado hasta la ESO. El 6,94 por ciento (más de 550) ni siquiera ha superado ese ciclo formativo y el 0,34 por ciento (casi 30 alcaldes) no tiene estudio alguno. Hasta la FP I ó II han estudiado el 12,12 por ciento (más de 980) y el 17,22 por ciento (casi 1400) ha estudiado el Bachillerato. Por la Universidad tan sólo han pasado con éxito cerca de tres mil regidores (el 36,7 por ciento de ellos), el 18,83 por ciento para aprobar una Diplomatura y el 17,87 por ciento para hacer lo propio en una Licenciatura.
Pero los compañeros de corporación de los alcaldes tampoco están mucho mejor preparados. Así, el 28,91 por ciento de los concejales españoles tan sólo ha estudiado hasta la ESO. El 6,44 por ciento ni siquiera ha superado ese ciclo formativo y el 0,47 por ciento no tiene estudio alguno. Hasta la FP I ó II han estudiado el 13,18 por ciento, mientras que el Bachillerato es el estudio máximo aprobado por el 17,22 por ciento de los ediles. Han pasado con éxito por la universidad el 33,78 por ciento de los concejales, el 15,89 por ciento de ellos para aprobar una Diplomatura y el 17,89 por ciento para hacer lo propio en una Licenciatura.
Los datos sobre la ocupación profesional de los cargos públicos locales tampoco es muy alentadora. Y es que, según los datos del ministerio, el 14,80 por ciento de ellos reconoce que no tiene oficio ni beneficio. En cuanto al resto, el 10,5 por ciento son empresarios; el 12,02 se dedican a la agricultura; el 7,2 por ciento trabajan en la industria; el 36,23 por ciento trabajaba en el sector servicios y el 19,25 por ciento en la administración pública.