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Zapatero: "Cuando uno es presidente todo se ve diferente. Es una reacción química"

En un tono más prudente que el de otras ocasiones, Zapatero ha pedido hoy un debate racional y equilibrado sobre la seguridad de la energía nuclear.

En medio de una grandísima expectación mediática, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, convocaba a los medios de comunicación para darles "una noticia", según anunciaban los servicios de prensa de Moncloa. El anuncio era la revisión de los sistemas de seguridad de todas las centrales nucleares españolas, a través del Consejo de Seguridad Nuclear.

"Lo debemos hacer, sí. Pero hay motivos para mantener la tranquilidad sobre la seguridad de nuestras centrales nucleares", ha dicho Zapatero. De lo que se trata, según sus palabras, es de "asegurarnos más", aunque reconocía que "están sometidas a rigurosos exámenes". El presidente considera que "todas las seguridades que tengamos, a un gobernante siempre le parecerá que pueden ser más", y no descartaba "hacer alguna exigencia más ante hipotéticos riesgos".

Lo más sorprendente de su declaración ha sido el tono, comedido y prudente, que ha utilizado para hablar de la energía nuclear que él rechaza. Al ser preguntado por si lo ocurrido en Japón le refuerza en dicho rechazo, contestaba: "Todas las cosas se ven distintas cuando uno es presidente del Gobierno y cuando uno no lo es. El sentimiento de responsabilidad de que tienes que tomar decisiones sobre, por ejemplo, temas tan delicados y serios como la energía nuclear.Casi es una reacción química", decía con una sonrisa, "que se produce y que tiende a ser lo más prudente y reflexivo posible. Es natural. Es lógico".

La cuestión no quedaba ahí. Zapatero daba un paso más eliminando todo ápice de ideología de su discurso. "Lo único que me ha extrañado, y hoy espero que desaparezca ya de nuestro debate, es que se me haya acusado en concreto a mí de que haya prejuicios ideológicos. No. No. Este es un debate que tenemos que plantear en términos de racionalidad, no ideológicos".

Y ha añadido que la energía nuclear es "una fuente de energía que tiene ciertamente importancia en la producción energética, pero sabemos que tenemos que tener grandes seguridades sobre la misma. Esa es, creo, la posición equilibrada y razonable".

Sobre la visión apocalíptica que se ha trasladado estos días desde los medios de comunicación, el presidente se ha desmarcado de esa línea diciendo que "cuando las situaciones son difíciles y graves es comprensible que haya palabras dramáticas pero, en mi opinión, cuanto más difíciles sean las situaciones, más contenidas deben ser las palabras. Por tanto apliquemos la mayor racionalidad posible".

"Lo que pediría es que hubiera un debate racional entre todas las posiciones. Es algo que, en el debate público, a veces se echa de menos", ha reclamado Zapatero.

Prioridad: Japón

El jefe del Ejecutivo español ha querido resaltar que el motivo fundamental de su intervención y la prioridad ahora de la acción política. "El problema es Japón y los japoneses, que están sufriendo. Nuestra primera mirada no es ver si esto nos puede afectar o consecuencias aquí. No. Nuestra primera obligación es ayudar a Japón. Luego, si hay que sacar conclusiones o mejorar las cosas, lo haremos pero lo primero es ayudar a Japón".

El futuro de Garoña

Al margen de su discurso carente de ideología, por donde no pasa Zapatero es por su compromiso con Garoña, reflejado en su último programa electoral, por una cuestión de la edad de las centrales. "Por supuesto, por supuesto, siempre he pensado que la edad de una central nuclear sí es un factor relevante". El presidente considera "razonable y prudente" la decisión que "adoptamos en su día de que con 42 años procedamos al fin de la actividad de la misma". El motivo, a su juicio, es la seguridad porque "el progreso científico y tecnológico va a hacer que las centrales de la próxima generación tengan una mayor seguridad que las anteriores".

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