Quizás conscientes de que el enfrentamiento Soraya-Rubalcaba concitaba toda la atención de esta sesión de control del Congreso, ni Mariano Rajoy ni Zapatero han hecho esfuerzos por plantarse cara mutuamente.
Era Rajoy el encargado de inquirir a Zapatero, para lo que escogió una pregunta tan genérica como inconsistente: "¿Cree que su política económica mejora el bienestar de los españoles?" mientras enumeraba una letanía de datos entrecortados y grises.
Con el mismo tono desapasionado contestó Zapatero a los datos de Rajoy, desacreditánolos, anunciando que la renta per cápita de los españoles había mejorado respecto a los años en los que gobernaba el PP. El líder de los populares contestó que los datos de lo que disponía "eran los mismos que los suyos" y que la interpretación era lo que difería.
En un último intento por reavivar el debate, Zapatero le espetó a Rajoy: "prepare mejor las preguntas", frase enmarcada dentro de su estrategia de caricaturizar al líder de la oposición como un vago, que quiere llegar a la Moncloa sólo por los deméritos del Ejecutivo, y no por sus propios méritos.