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El PNV apuesta por un acercamiento a Zapatero pero sin renunciar al referéndum

Si Zapatero prometía reformar el estatuto vasco para ofrecer más autogobierno a cambio de que Ibarretxe desactivase su referéndum secesionista, ahora el PNV decide responder a la llamada del Gobierno para acercar posiciones apostando por "retomar y renovar" dicho pacto estatutario. En un documento presentado con motivo del "Aberri Eguna", los nacionalistas apuestan por un acercamiento mútuo aunque sin renunciar a una "hoja de ruta" que incluye el derecho a decidir de la sociedad vasca.

Si Zapatero prometía reformar el estatuto vasco para ofrecer más autogobierno a cambio de que Ibarretxe desactivase su referéndum secesionista, ahora el PNV decide responder a la llamada del Gobierno para acercar posiciones apostando por "retomar y renovar" dicho pacto estatutario. En un documento presentado con motivo del "Aberri Eguna", los nacionalistas apuestan por un acercamiento mútuo aunque sin renunciar a una "hoja de ruta" que incluye el derecho a decidir de la sociedad vasca.
L D (Europa Press) El acercamiento entre Zapatero y los nacionalistas vascos avanza con paso firme, de cara a su alianza estable. EL PNV apuesta, en su documento con motivo del Aberri Eguna 2008, por "retomar y renovar" el pacto estatutario desde la perspectiva del derecho a decidir, y defiende el derecho de la sociedad vasca a ser consultada y a que su voluntad "democráticamente expresada" sea "respetada por el Estado".
 
Por ello, apuesta "con todas sus fuerzas" por un acuerdo político con el Gobierno central destinado a lograr el respaldo de la mayoría de la ciudadanía vasca "sin vetos, ni ventajismos coyunturales y con vocación de solucionar el contencioso político".
 
En el texto, de cinco páginas y titulado no en vano "Porque queda mucho por hacer", la formación nacionalista se compromete a "empeñar todo su esfuerzo" en lograr "una formulación democrática" de la capacidad de decisión de la sociedad vasca. "Nos reafirmamos en nuestra apuesta por el impulso al derecho a decidir como guía para avanzar hacia la normalización política", manifiesta.
 
Además, precisa que el PNV, "desde el principio de respeto a la voluntad popular y el derecho de la sociedad vasca a decidir libre y democráticamente su futuro", asume el compromiso de "impulsar un acuerdo sobre el derecho a decidir" y los procedimientos que garanticen el respeto a la decisión de la ciudadanía vasca. "Un pacto para el ejercicio de la libre decisión", concluye.
 
En este sentido, indica que el Estatuto "sólo puede ser un espacio de encuentro entre los vascos si se respeta su letra, su espíritu y sus potencialidades intrínsecas". En ese sentido, el PNV, que expresa su voluntad de diálogo para lograr que 2008 sea "el año del desbloqueo político" en Euskadi, defiende que el derecho  de los vascos a decidir se conciba "como un verdadero espacio de encuentro", de manera que "todos lo sientan y reconozcan como un derecho compartido".
 
"Entendemos que ese futuro de nuestro pueblo debe asentarse en un doble principio que constituye el verdadero núcleo del procedimiento democrático: reconocimiento de la capacidad de decisión y compromiso por el pacto político", añade.
 
El PNV expresa su voluntad de pacto y acuerdo porque afirma no entender que el autogobierno pueda basarse en otro principio distinto "de la libre disposición sobre nuestro destino colectivo y la voluntad de pacto en el seno de la sociedad vasca y con el Estado".
 
En este sentido, asegura que "no hay respeto a la libre decisión" sin un sistema "bilateral de garantías" que permita "una estabilidad institucional del marco de relación pactado e impida una restricción unilateral del nivel de autogobierno que se derive del pacto suscrito". Por ello, se compromete a "empeñar todo su esfuerzo" en lograr "una formulación democrática" de la capacidad de decisión de la sociedad vasca.
 
Horizonte de paz
 
La formación nacionalista reconoce que los ciudadanos vascos desean "un horizonte de paz" y convivencia, en el que, pese "al antagonismo de sensibilidades", el pueblo vasco sea construido por "todas las personas que viven en él". "Un nación vasca abierta, moderna e integradora, tiene que basarse en unos valores compartidos, para dar luego juego al despliegue de sus diferencias", advierte.
 
Para el PNV, si no se produce un consenso "sobre las bases democráticas de la política" es imposible "establecer unas reglas comunes del juego político". En su documento, asume que "el antagonismo ético más relevante respecto al proceso democrático" es "el uso de la violencia". Sin embargo, cree que "no es admisible" que parte de la ciudadanía "tenga el derecho a constitucionalizar su identidad nacional" mientras otra parte "se vea privada de ese derecho".
 
Insiste, asimismo, que "el reconocimiento y la aceptación de la pluralidad" no pueden significar "anulación de los principios y procedimientos democráticos para que la sociedad vasca pueda tomar decisiones propias.
 
Nación vasca
 
El texto, titulado "Porque queda mucho por hacer", recuerda que el PNV ha ejercido "el liderazgo político" en Euskadi durante años porque ha sabido "conectar y hacer su proyecto atractivo para las mayorías y los sectores sociales más dinámicos" y agrega que "conseguir el reconocimiento real del pueblo vasco como sujeto político constituye hoy la clave de nuestra acción política". "Tenemos derecho a seguir existiendo como pueblo y a ser reconocido como tal", dice.
 
En su opinión, "es el momento de dar el salto cualitativo" para lograr "el reconocimiento de la Comunidad política vasca como sujeto de derechos". Aunque apuesta por el "desarrollo económico, social y cultural", no olvida el "reconocimiento político" y afirma que "la definición cultural de la nación ha de completarse necesariamente con su dimensión política". "Si es la voluntad ciudadana la que constituye la nación, no hay ninguna razón que limite su derecho a decidir libremente su futuro", enfatiza.

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