El nuevo canon digital también grava los discos duros de ordenador

LD (M. Llamas y D. R. Herrera) Habemus canon. El nuevo canon digital cuenta ya con fumata blanca, tras casi un año y medio de espera. El Boletín Oficial del Estado (BOE) acaba de publicar la orden interministerial que establece las nuevas tarifas y productos gravados con dicha tasa. Y ello, después de las elecciones del pasado mes de marzo y con algunas puntualizaciones, pequeñas pero muy relevantes, tal y como avanzó Libertad Digital.

 

En principio, las nuevas tarifas no sufren modificaciones con respecto al borrador de la orden interministerial publicada a finales de 2007, a excepción del canon que se aplicará a los móviles (pasa de 1,5 euros a 1,1 euros). Sin embargo, incorpora tres puntos importantes.

 

Tras meses de duras negociaciones entre la industria tecnológica y las entidades de gestión de derechos de autor, la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual (LPI), aprobada a mediados de 2006, excluía la posibilidad de gravar con el canon a los discos duros de ordenador. Sin embargo, la orden aprobada por el Gobierno establece una definición muy “complicada y farragosa” acerca de lo que debe entenderse como “disco duro”, según las fuentes consultadas por LD.

 

De hecho, la nueva normativa, tal y como está redactada, impone el canon digital (en concreto, 12 euros por unidad) a todos los discos duros de ordenador. A excepción, exclusivamente, de los ensamblados en fábrica. Dicha medida amenaza de muerte a toda la industria nacional del ensamblaje informático, así como la compraventa de discos duros extraíbles.

 

Los discos duros están expresamente excluídos por el artículo 25.7 de la LPI, pero “en los términos que se definan en la orden ministerial”. Pues bien, dicha orden establece la siguiente definición:

 

“Dispositivo de almacenamiento magnético de un ordenador en el que se aloja el sistema operativo de dicho ordenador, al cual está conectado con carácter permanente, de forma que éste solo y exclusivamente pueda servir de disco maestro o del sistema en el sentido de que su conexión sólo le permite adoptar esa funcionalidad y no la de disco esclavo."

 

Es decir, tan sólo quedarán exentos del pago los discos duros incorporados en el sistema en fábrica, según estos mismos expertos. Los discos duros internos, ya se vendan en caja o en bulk, es decir, sin nada más que una bolsa de plástico y los cables, pagarán canon pese a que su destino es el ser insertado en un ordenador. Así, los usuarios que quieran ampliar su equipo o que pidan un ordenador  a su medida tendrán que pagar 12 euros más por el canon impuesto a los discos duros.

 

 

Otra novedad de la orden consiste en que los discos duros que incorporen los descodificadores de señales de televisión digital (tanto de pago como de TDT) quedarán exentos del canon digital durante el primer año de vigencia. Es decir, hasta verano de 2009. El borrador inicial del canon no establecía dicha exclusión.

 

De este modo, durante los próximos doce meses la venta de estos descodificadores quedará exenta. Sin embargo, el canon (12 euros) se aplicará a estos dispositivos a partir de entonces y casi medio año antes de que se produzca el apagón analógico. Es decir, las entidades dispondrán de un importante volumen de ingresos extra gracias a la venta de descodificadores de televisión digital a partir de entonces.

Las previsiones de venta permitirán a los autores recaudar mucho más de lo previsto

 

El sistema de cobro, "además de complejo será inaplicable”, aseguran estas mismas fuentes. La orden establece un tope mínimo y máximo de ingresos por canon que podrán percibir los autores que oscilará entre 100 y 115 millones de euros. Sin embargo, tales cantidades han sido fijadas en base a unas previsiones de venta de productos tecnológicos gravados con canon “irrisorias”. “Muy inferiores al volumen de venta real”, advierten.

 

Así, por ejemplo la orden estima que se venderán tan sólo 27.000 “discos duros”, cuando el pasado año las ventas se aproximaron casi al millón de unidades. Otras estimaciones “irrisorias” se producen, por ejemplo, en MP4 (79.000 unidades), grabadoras de televisión con disco duro (33.000), grabadoras DVD (520.000) o escáneres (112.000), por poner tan sólo algunos ejemplos.

 

Cifras todas ellas muy alejadas de la realidad del mercado. La orden establece que, en caso de que los ingresos por canon superen los 115 millones de euros anuales, ésta “será revisada para corregir las posibles desviaciones, transcurrido el primer año de aplicación”. De este modo, en la práctica, las entidades de gestión podrán recaudar el canon digital de todos los productos tecnológicos que adquieran los ciudadanos durante los próximos 12 meses, acumulando ingresos muy superiores a las que establece la orden.

 

Ahora bien, ¿cómo devolverán el dinero sobrante?. Aquí radica el problema. Los fabricantes y distribuidores son meros recaudadores del canon digital, pues quien paga finalmente la factura a los artistas es el consumidor final. En teoría, el dinero sobrante debería ser devuelto a los compradores, pero “en la práctica es imposible”. El sistema es “inaplicable”, según los expertos. Llegado el caso, “lo más seguro es que en la siguiente revisión, los autores recorten sus ingresos por canon”, pero, en realidad, “dará comienzo una nueva y dura negociación como la que ha tenido lugar durante este tiempo”.