Empeoran las previsiones para la zona euro

LD (Agencias) Según con los resultados de la última encuesta a expertos en previsión económica (EPE) realizada por el BCE y que aparece en la última edición del boletín mensual de la institución, los participantes en la encuesta elevaron sus expectativas de inflación como reflejo de la preocupación por el aumento de las presiones sobre los costes y los salarios registrada en el 2008.

 

Asimismo, de cara a 2009 el promedio de los encuestados anticipa que la inflación se situará en el 2 por ciento, idéntico nivel al del sondeo anterior, mientras que en sus estimaciones a más largo plazo (a cinco años vista) las expectativas de inflación se han elevado al 2 por ciento, una décima más que en el cuarto trimestre de 2007.

 

El Banco Central Europeo reconoce, en su boletín mensual de febrero, la existencia de un grado de incertidumbre inusualmente elevado respecto a las perspectivas de crecimiento de la zona euro y confirma que los riesgos para la actividad económica apuntan a la baja. Así, el BCE reitera en su editorial las apreciaciones del Consejo de Gobierno de la institución en su pasada reunión del 7 de febrero en la que decidió mantener los tipos de interés de la eurozona en el 4 por ciento.

 

"Aunque los fundamentos económicos de la zona del euro son sólidos, los últimos datos confirman que los riesgos para el escenario de la actividad económica apuntan a la baja", señala el informe. En este sentido, el BCE apunta que dichos riesgos se relacionan principalmente con la posibilidad de que la evolución de los mercados financieros tenga un impacto más generalizado de lo actualmente previsto sobre las condiciones de financiación y el clima económico, que podría afectar negativamente al crecimiento mundial y de la zona del euro.

  

Asimismo, señala que otros riesgos a la baja se derivan de la posibilidad de nuevas subidas de los precios del petróleo y de otras materias primas, así como de la preocupación por las presiones proteccionistas y de una posible evolución desordenada como consecuencia de los desequilibrios mundiales.

 

 

La actividad económica en la eurozona aumentó el año pasado el 2,7 por ciento, mientras que en el conjunto de la UE el crecimiento llegó al 2,9 por ciento, según los primeros cálculos facilitados por Eurostat, la oficina estadística comunitaria. En el último trimestre del ejercicio, el PIB avanzó el 2,3 por ciento en los trece países que formaban parte de la moneda única y el

 

En términos intertrimestrales, el crecimiento fue del 0,4 por ciento en la

zona euro y del 0,5 por ciento en toda la Unión, por debajo del 0,8 por ciento

registrado en las dos zonas entre julio y septiembre. Estos datos confirman la progresiva desaceleración de la economía europea a lo largo del ejercicio, aunque con un ligero repunte en el tercer trimestre.

Así, en términos interanuales, en la eurozona el avance fue del 3,2 por ciento en el primer trimestre, 2,5 por ciento en el segundo, 2,7 por ciento en el tercero y 2,3 por ciento en el cuarto. En la UE, el crecimiento se desaceleró desde el 3,4 por ciento del primer trimestre al 2,8 por ciento en el segundo, 3 por ciento en el tercero y 2,6 por ciento en el cuarto.

Por su parte, la economía española avanzó en el último trimestre del año el 0,8 por ciento si se compara con el trimestre precedente y el 3,5 por ciento respecto al mismo periodo del 2006. El PIB español siguió también una senda de moderación a lo largo del año, pues pasó de crecer el 4,1 por ciento en el primer trimestre al 4 por ciento en el segundo, 3,8 por ciento en el tercero y 3,5 por ciento en el cuarto.