LD (Víctor Gago) La campaña contra los jueces del Tribunal Constitucional que se resisten a las iniciativas del Gobierno para dominar las trascendentales decisiones que se avecinan –sobre el Estatuto de Cataluña o sobre el llamado "matrimonio gay"– ha cambiado de fase este martes.
El diario pro-gubernamental El País pregona en su portada una denuncia de hace más de cinco meses contra un magistrado del Tribunal Constitucional, Roberto García-Calvo, precisamente uno de los dos jueces del Alto Tribunal más críticos con los planes del Gobierno de controlar los resortes el órgano constitucional.
Según la misma fuente periodística, García-Calvo, juez con más de treinta años de experiencia profesional, ex magistrado del Supremo y ex consejero del Poder Judicial, fue denunciado el pasado 14 de julio por un joven de Madrid tras una discusión por un incidente de tráfico.
El denunciante, de 24 años y con antecedentes policiales por el robo de un coche, sostuvo que García-Calvo llegó a encañonarle con una pistola y le amenazó bajo su condición de juez, hechos que el magistrado ha negado en declaraciones al mismo diario.
Un salto en la campaña contra los jueces críticos
El cambio de escala que representa esta información en la campaña para laminar a los jueces críticos con el Gobierno no ha pasado inadvertido en el Consejo General del Poder Judicial.
El portavoz de este órgano constitucional, Enrique López, ha rehusado comentar la noticia de El País, "de la que no disponemos aún de los datos suficientes para pronunciarnos", según ha indicado al ser consultado por Libertad Digital.
Otro de los consejeros del Gobierno de los Jueces ha sido abiertamente crítico con los nuevos métodos utilizados contra quienes se oponen a los planes del Gobierno.
José Luis Requero ha denunciado este martes "el estilo mafioso, repugnante y miserable de la campaña dirigida a laminar, humillar y desprestigiar a quien significa un escollo en los planes del Gobierno", según señala en declaraciones a LD.
Requero anota "el hecho de que hoy el poder político se está disputando en España en el Tribunal Constitucional, que es el nudo gordiano del que dependen decisiones trascendentales para la supervivencia en el poder. Todo se está jugando a una carta en el TC y, desgraciadamente, se ha demostrado una total carencia de escrúpulos para recurrir al juego más sucio".
El consejero del CGPJ cree que "se hará lo que sea" para "laminar y echar de las instituciones a cualquiera que sea un obstáculo para sus planes".
"Y cuando digo lo que sea, es lo que sea; si es preciso", previene José Luis Requero, "investigando la vida privada, llegando si hace falta hasta la cuarta generación, para extraer algo con que intimidar a quien quiera que sea un escollo en determinados planes".
Los métodos recuerdan "el más puro estilo venezolano y mafioso, unas formas" de amedrentar al que discrepa que "serían inconcebibles en una democracia occidental", pero que "se han convertido en un recurso habitual, ha comentado José Luis Requero.
Un caso sub iudice
El juzgado de Móstoles que entiende de los hechos por los que ha sido denunciado Roberto García-Calvo ni siquiera ha llamado a declarar a los actores, pero la denuncia ha sido oportunamente filtrada al diario pro-gubernamental, coincidiendo con la tramitación de las recusaciones contra García-Calvo y el otro magistrado del TC crítico con los planes del Gobierno, Jorge Rodríguez Zapata, cuyo objetivo es expulsarlos del Pleno en el que se decidirá sobre la prórroga del mandato de María Emilia Casas.
Por primera vez en la vigente etapa constitucional, un Gobierno ha recusado a magistrados del Tribunal Constitucional.
Para el Gobierno, la continuidad de Casas –dadas sus prerrogativas como presidenta y la división del voto en el seno del Pleno– es de vital importancia para garantizar el visto bueno del Constitucional al Estatuto de Cataluña.
Tanto García Calvo como Rodríguez Zapata podrían votar a favor de declarar inconstitucional la reforma que el Gobierno ha introducido en la Ley Orgánica del TC para hacer legal una prórroga del mandato de Casas que, de otra forma, ya habría concluido en este mes de diciembre.
Los indicios del nerviosismo del Gobierno por alcanzar el total control de los resortes de decisión del TC se hicieron notar durante el último desfile militar del Día de la Hispanidad, cuando las cámaras de Libertad Digital Televisión sorprendieron a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, abroncando en público a la presidenta del Tribunal Constitucional.
El diario El Mundo llegó a proponer una interpretación de aquella ruda conversación, a partir de las técnicas de la lectura de labios. De aquella versión, se espigaron duras palabras de De la Vega a Casas, como: "Te digo que es una putada.." o inquietantes confesiones como: "Esto nos pasa por respetar el capítulo...".
El juez que quiso procesar a Felipe González
En todo momento, el Gobierno ha contado con la asistencia propagandística de El País y de los medios del grupo Prisa en el hostigamiento sin tregua a los magistrados del Constitucional críticos o independientes del Gobierno.
La campaña ha entrado en una nueva fase, con la divulgación a toda portada de una denuncia privada contra García-Calvo, por parte de un presunto ladrón de coches; denuncia presentada ante la Policía y sobre la que ni siquiera el juzgado de Móstoles competente en el caso ha dictado diligencia alguna sobre el afectado.
Roberto García-Calvo es uno de los magistrados más veteranos del TC. A lo largo de su carrera, ha sido juez de lo Social, magistrado del Tribunal Supremo y consejero del Poder Judicial, entre otros cargos del Estado.
Como magistrado del Supremo, García-Calvo fue partidario de imputar a Felipe González por su presunta responsabilidad criminal en la organización del terrorismo de Estado de los GAL. Además, votó a favor del indulto al juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez de Liaño, contra el que el diario El País y la Cadena SER emprendieron una feroz campaña para expulsarlo de la carrera, por haber investigado el uso supuestamente ilegal de los depósitos de los abonados de Canal Plus.