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El parón de la construcción puede destruir 1,2 millones de empleos en dos años

La firma de servicios financieros KPMG apunta a un recorte de 1,2 millones de puestos de trabajo en la construcción en sólo dos años. Un horizonte que choca de lleno con la promesa electoral de pleno empleo que hizo Zapatero en la campaña. Según los datos de la empresa, la pérdida de empleo sólo podrá ser absorbida "parcialmente", lo que obligará a la "dinamización de la economía" ante un cambio "más brusco de lo esperado". Libertad Digital ya estimó en febrero que el frenazo de la construcción acabaría con más de un millón de empleos hasta 2010.

La firma de servicios financieros KPMG apunta a un recorte de 1,2 millones de puestos de trabajo en la construcción en sólo dos años. Un horizonte que choca de lleno con la promesa electoral de pleno empleo que hizo Zapatero en la campaña. Según los datos de la empresa, la pérdida de empleo sólo podrá ser absorbida "parcialmente", lo que obligará a la "dinamización de la economía" ante un cambio "más brusco de lo esperado". Libertad Digital ya estimó en febrero que el frenazo de la construcción acabaría con más de un millón de empleos hasta 2010.
L D (Agencias) El frenazo del sector de la edificación residencial podría llegar a provocar la destrucción de hasta 1,2 millones puestos de trabajo en dos años, contando los empleos derivados de las industrias auxiliares a la hora de hacer una vivienda, según advirtió la responsable de Infraestructuras y Sector Público de KPMG España, Elena Pisonero, anteriormente secretaria de Estado de Comercio durante el primer Gobierno de José María Aznar.
 
Este dato confirma el anuncio de los analistas según datos del pasado mes de enero, que coincidían en que lo peor estaba por llegar: dicha desaceleración del sector inmobiliario destruiría más de 1,2 millones de puestos de trabajo durante los próximos tres ejercicios. Estos desempleados, tal y como confirma Pisonero, muy difícilmente podrán ser reubicados.
 
El pasado mes de febrero, Libertad Digital publicó una estimación de desempleo para los próximos dos años ligada al frenazo del sector inmobiliario. Los datos contrastados por LD apuntaban a la destrucción de más de un millón de empleos hasta 2010. Una estimación muy parecida a la que hace ahora KPMG. Además, esta información desmontaba la promesa electoral de Zapatero de reabsorver los parados que deje el sector del ladrillo.
 
En la entrevista concedida a Europa Press, Pisonero explicó que, según las estimaciones del sector, la construcción de una vivienda requiere dos empleos directos, cifra que se puede duplicar al contar aquellos puestos procedentes de otros sectores asociados a la edificación, como fontanería o instalación eléctrica.
 
En ese sentido, recalcó que ha sido la crisis en el sector financiero la que ha "cambiado el paso" de las inmobiliarias y constructoras españolas a la hora de asumir el cambio de ciclo del mercado español, que será de esta forma "más brusco" de lo que esperado, hasta el punto de que en 2008 se podrían reducir hasta en 300.000 las viviendas iniciadas.
 
No obstante, Pisonero aseguró que las principales promotoras ya eran conscientes de la posibilidad del ajuste, y recordó que desde finales de 2006 los grandes grupos inmobiliarios aceleraron sus proyectos de concentración al ser conscientes de que se había tocado techo en la edificación residencial, tras alcanzar un récord de casi 900.000 viviendas nuevas. Pisonero explicó que la construcción aporta en la actualidad un 18% del PIB español y un 13% del empleo. Asimismo, la actividad se concentra en la construcción residencial, con un 60%, frente a sólo un 24% orientado hacia la obra civil y un 16% a otros tipos de edificación.
 
Este "parón" de la actividad en la parte residencial repercutirá en la cartera de las constructoras con un desfase que viene marcado por el periodo medio de edificación de una promoción, dos años.
 
Absorción dificultosa
 
La experta señaló que este "impacto importante" en el empleo sólo podrá ser absorbido "parcialmente" por obra civil o la construcción no residencial, lo que abre un panorama que obligará a la "dinamización de la economía española" para que otros sectores productivos, como la industria, puedan acoger este excedente de trabajadores.
 
Asimismo, explicó que las medidas anunciadas por el Ejecutivo para reforzar al construcción de viviendas de protección oficial (VPO) y la rehabilitación de viviendas no son una solución para la crisis inmobiliaria, ya que la "parte del león" de la demanda es la vivienda libre.
 
Por este motivo, Pisonero apuesta por incentivar la demanda del propio sector, y en este sentido también rechaza que el Ejecutivo pueda llevar a cabo acciones directas para facilitar el acceso al crédito bancario a las empresas o incluso financiar su actividad a través de líneas de créditos ICO. "Me parece erróneo y no va a solucionar las situación del sector", aseveró, e indicó que el rol de las empresas ante la actual coyuntura es desarrollar "proyectos que aporten valor".
 
Todo ello contrasta con el optimismo gubernamental, ya que el presidente del Gobierno prometió alcanzar el pleno empleo en esta legislatura. Eso implicaría pasar de 2,3 millones de parados a 1,1 en apenas cuatro años, hasta reducir la tasa de paro al 5 por ciento comúnmente denominado pleno empleo. Sin embargo, el compromiso del presidente contradice los indicadores macroeconómicos del propio Gobierno, que reflejan la tendencia contraria: la destrucción de empleo en España avanza a un ritmo de 50.000 puestos al mes.
 
Zapatero no sólo tendría que revertir la creciente destrucción de empleo que registra la economía española (más de 180.000 parados nuevos, tan sólo en enero y febrero del presente año) sino que, además, tendría que reducir el número de parados en cerca de 1,2 millones de personas hasta 2012. Todo ello en un contexto donde el desempleo ha aumentado en 53.000 personas durante el pasado mes de febrero. Este dato se añade a los más de 130.000 parados registrados en enero de 2008. En concreto, desde febrero de 2007, el paro ha aumentado un 11,5 por ciento en España.
 
Parálisis de la financiación
 
Pisonero explicó que la situación derivada de la crisis "subprime" también se ha traducido en que muchas promotoras se vean obligadas a acometer sus proyectos en unas condiciones de "falta de financiación y elevado endeudamiento". A esto se une que el endurecimiento en la concesión de créditos hipotecarios esté disuadiendo a los clientes a la hora de adquirir una vivienda.
 
Precisamente esta semana el Instituto Nacional de Estadística (INE) anunció que la compraventa de viviendas disminuyó un 27,1% en enero respecto al mismo mes de 2007, ya que se intercambiaron un total de 61.792 inmuebles, mientras que la cifra de viviendas hipotecadas que registró una caída del 25,71%. En este sentido, Pisonero se refirió a una "parálisis de la financiación" por la parte de la oferta y de la demanda.
 
Quien fuera secretaria de Estado de Comercio durante el primer Gobierno de José María Aznar, señaló que tras una época de "exhuberancia financiera" se ha endurecido excesivamente las condiciones de de crédito tanto para los cliente como para las empresas. "Hemos pasado de financiarlo a todo a que no se financie nada", aseguró.
 
Por este motivo, reiteró que lo más "urgente" en estos momentos es que se reduzca la incertidumbre en los mercados, estableciendo referencias a medio y largo plazo, respetando también las reglas del mercado para salvar la "crisis de confianza" actual. Además, señaló que la principal variable por parte de la demanda de vivienda es el poder adquisitivo de las familias, e instó al Ejecutivo a desarrollar medidas de el control de la inflación para conseguir que los tipos de interés resulten "más asequibles".
 
Fortaleza de las grandes constructoras
 
A juicio de Pisonero, la crisis no afectará significativamente a los grandes grupos constructores españoles. En este sentido, recalcó que las constructoras han abordado un proceso "muy importante" desde los años 90 para afrontar la diversificación de actividades y la internacionalización, logrando así haber reducido su exposición al sector nacional hasta un 35 por ciento, y aportando de paso "solidez" a la economía española, de la que obtienen más de la mitad de sus ingresos. No obstante, son muchas las constructoras e inmobiliarias que atraviesan por dificultades.

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