(Libertad Digital) Mariano Rajoy convenció más que Rodríguez Zapatero en el primer cara a cara televisivo. Así se desprende de una nueva encuesta de Sigma Dos para el diario El Mundo, que apunta que el 7,7 por ciento de los votantes del PSOE en 2004 cambiará de voto tras el debate. Sólo un 1,5 por ciento de los que afirman haber votado al PP han variado si intención de voto.
Estas cifras coinciden con la tendencia apuntada este martes por el segundo termómetro electoral de la Cadena Cope, en cuanto a la fidelidad del electorado. Concretamente, según la encuesta realizada por Demo Ibérica, el PSOE disminuye un 2 por ciento y pasa del 84 por ciento al 82 por ciento, mientras que el PP mantendría sus votantes (91 por ciento), lo que hace que el ratio de intercambio de votos entre PSOE y PP aumente a 2,5 frente al 2 del primer sondeo. Así las cosas, por cada votante popular que recala en el PSOE, son dos y medio los votantes del PSOE que se pasan al PP.
Buenos datos también para el líder de los populares en cuanto a la impresión de los ciudadanos sobre su discurso. Concretamente, un 48,2 por ciento de los encuestados dice que estuvo mejor de lo que se esperaba, mientras que sólo un 30,7 por ciento vio al presidente del Gobierno por encima de las expectativas.
Según la encuesta de Sigma Dos, Zapatero ganó por la mínima a Mariano Rajoy. Basada en 800 entrevistas telefónicas, el 45,1 por ciento de los encuestados dice que ganó el presidente del Gobierno frente al 40,2 por ciento que dice que lo hizo Rajoy. El candidato socialista se impuso en vivienda, retos del futuro, social e institucional mientras que el líder del PP se alzó con la victoria en los dos asuntos, a priori, más importantes: economía y terrorismo.
Aznar inclinó a su favor a 1.100.000 indecisos en 1993, según El País
La inclinación de voto alcanzada por Rajoy ya la consiguió José María Aznar tras su primer cara a cara con Felipe González. Concretamente, y según datos publicados por El País el 26 de mayo de 1993, el entonces candidato del PP fue más creíble en su discurso así como el rotundo ganador.
Esto también quedaba traducido en un importante movimiento de votos. Concretamente, el caudal electoral del PP se acrecentaba en algo más de 1.100.000 votos, mientras que el PSOE lo hacían tan sólo en 300.000 votantes.