(Libertad Digital) La columnista de El País ha vuelto a descargar su ira contra el PP. Más concretamente contra Esperanza Aguirre. Maruja Torres utiliza el caso del Severo Ochoa para expresar su deseo: "Deberían sedarla en el hospital de Leganés". En 2003 llamó "hijos de puta" a los votantes del PP.
La escritora Maruja Torres, desde su columna de El País, expresa este jueves todo su odio hacia Esperanza Aguirre. La excusa, el caso de las presuntas sedaciones irregulares en el hospital Severo Ochoa de Leganés.
Secundando la campaña que ha iniciado el PSOE contra el Gobierno de la Comunidad por este caso, la columnista de Prisa tacha de "cinismo político y social" la actitud de Esperanza Aguirre. Aunque dice que no le importa cómo sea la presidenta de Madrid en "sus relaciones particulares", señala que "los machos de la política –menos a uno, claro– les cae muy simpática personalmente, cualquiera que sea su ideología: cómo les gustan a los tíos las madrastas".
Según Maruja Torres, Aguirre dibujó una "muñecona sonrisa" cuando conoció el auto de la Audiencia de Madrid. Y continúa diciendo que "sería para vomitar de inmediato si no tuviéramos ya los zumos gástricos muy trabajados por la cadena de mentiras neocon que, empezando por Bush y siguiendo por Aznar, nos ha ido acostumbrando a preparar las sales antidisturbios antes de que éstos abran sus bocazas".
La escritora del diario de progubernamental define lo que según ella es la doctrina neocon: "Salvarse a sí mismo y forrarse mientras se pretende salvar el país y se le arruina, arracimarse como secta globalizada, pisotear a los perdedores y a los desposeídos". Y concluye: "Deberían sedarla/ los en el hospital de Leganés".
No es la primera vez que Maruja Torres descubre sus verdaderas ideas y expresa su verdadero talante democrático. En 2003, después de las elecciones autonómicas donde el PP no cosechó los malos resultados esperados a pesar de la campaña contra el Prestige y la guerra de Irak, la escritora dijo: "Por cada millón de personas que se manifestaba existían cuatro millones de hijos de puta que callaban sabiendo que iban a votar a Aznar".