L D (EFE) Rajoy respondía así al presidente del Gobierno después de que ayer se conocieran unas declaraciones en las que admitía, fuera de micrófono tras una entrevista en Cuatro, que a su partido, de cara a las elecciones, le conviene que haya tensión y dramatismo.
En la presentación que hizo en el Círculo de Bellas Artes del libro "Apuesta por España", el candidato del PP a la Presidencia del Gobierno aseguró que España necesita "sensatez y altura de miras, sobre todo después de conocer el interés de Zapatero por aumentar la tensión electoral y por poner dramatismo en la campaña".
Tras insistir en que él no contribuirá a ello, apostilló: "No lo haré por los mismos motivos que no lo he hecho a lo largo de la legislatura", a la vez que precisó que "ahora muchos españoles tienen las claves de lo que ha pasado en estos cuatro años".
Explicó que él la política la entiende como un servicio a los ciudadanos. "Yo no creo en que la política esté al favor de la manipulación demagógica, ni al servicio del dramatismo interesado", manifestó el presidente del PP.
"La función de un político o de un gobernante no es tensar ni dramatizar ni excitar bajas pasiones, sino hacer propuestas para su país y mirar al futuro", añadió.
Rajoy acudió a la presentación del libro "Apuesta por España", escrito por José Manuel García-Margalló, Vicente Martínez Pujalte y María Isabel Barreiro, que está prologado por él mismo. El presidente del PP valoró el libro por ocuparse del futuro y por no tener "ocurrencias, ni golpes de efecto, ni demagogia" y porque habla de los temas reales que preocupan a los españoles, como la globalización, el cambio climático, los retos de la energía, la inmigración, los "obstáculos que dificultan las posibilidades de crecimiento de la economía española" y la competitividad.
En opinión de Rajoy, España "afronta su futuro con incertidumbre", sobre todo en el área económica, que tiene su origen en las políticas que "no se han llevado a cabo estos años". Tras criticar la política del Gobierno en materia territorial y en la lucha contra ETA, el líder del PP reprochó a Zapatero que haya centrado las "energías" de España en esos asuntos y que haya "dejado que la economía siguiera su curso viviendo de la herencia y de la inercia dejados por los ochos años de Gobierno de José María Aznar".
"Las rentas del pasado se acabaron y ahora ¿qué pasa?", preguntó Rajoy, antes de añadir que en cuatro años no ha habido ninguna reforma en la economía española.
Destacó que la respuesta a la "crisis económica" no está "en el viento, ni en seguir mirando hacia atrás, ni en negar la realidad, ni en maquillarla como se intenta hacer ahora con las cifras del paro, sino en mirar hacia el futuro, afrontar la realidad sin negarla ni maquillarla y dedicar todas las energías en aquellas que son las necesidades reales de las personas".
El presidente del PP fijó como verdaderos problemas de los españoles los precios -"hoy hemos conocido el peor dato desde 1995"-, el desempleo, la educación, la seguridad y la inmigración, entre otros temas.
Señaló que en la próxima legislatura "va a estar de actualidad la frase de Ortega Españoles a las cosas, que es a lo que el Gobierno de España no se ha dedicado estos cuatro años". "Hay que poner fin al descontrol, olvidarse de lo que no le importa a nadie, no generar problemas innecesarios, hay que quitar de la política española lo evanescente e ir a lo importante", dijo, antes de garantizar que "hay otra forma de hacer las cosas y que se puede solucionar el problema económico".
Mariano Rajoy apuntó que "hay programas, personas y equipos económicos dispuestos a hacerlo" y agregó que España "no puede vivir cuatro años más con lo que hemos vivido". Advirtió de que dentro de poco se abrirá una etapa que supone una "apuesta por España y por los intereses reales y verdaderos de los españoles".