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EL TICKET QUE LOS VUELVE LOCOS, por Víctor Gago

LD (Víctor Gago) El debut de Manuel Pizarro como afiliado y candidato del PP ha atraído a más periodistas que a muchos estrenos de estrellas del deporte. La avidez con que se le ha recibido confirma que Mariano Rajoy ha dado un campanazo muy rentable en portadas con morbo y minutos de televisión de los de chorro a presión, esos que a los editores, casi todos progres, les gustaría no tener que dar a los liberales y, sin embargo, se tienen que tragar regados con un buche de sangre.
 
No se recuerda una conferencia de prensa tan multitudinaria en la gadgeto-sala de eventos de la calle Génova. El ticket del PP por Madrid entró en escena como si fueran Brad y Angelina, literalmente engullidos por un ejambre de cámaras, que se los disputaron divididos en dos bandos feroces e irreconciliables, a uno y otro extremo de la tribuna. "¡Aquí, aquí, señores!" "¡No, no, aquí, señor Rajoy, que nos quedamos sin plano!". Y la pareja de moda, venga a estrecharse la mano, venga a sonreír complacientes con tirios y troyanos de la histeria del plano.
 
Luego estaba también, claro, la tormenta Gallardón, que prometía descargas con aparato eléctrico y Pizarro dispersó como un Urano travieso, con sus primeros toques del balón. Tiene ganas de goles; no de goles cualquiera, sino por la escuadra, de chilena, de rabona y hasta de tacón, después de haber atravesado el campo en slalom
 
Viene a competir duro, pero también parece divertirse abriendo en canal, sin perder la sonrisa, las consignas que le tienen preparadas. Recuerda a aquello que decía de Cruyff un defensa de la selección alemana al que le tocó el infortunio de marcarle: "No podía pararle, pero hay que ver lo bien que olía el condenado".
 
Menos "tiburón del capitalismo", a Pizarro le han marcado ya con todos los herrajes en su primer día en la política. Que si "político emboscado en los negocios", que si "negociante emboscado en la política", que si dijo aquello de "Endesa, antes alemana que catalana", que si dejó a oscuras a Cataluña, que si esbirro de Aznar,... Pizarro ha saltado al micrófono para gozar triturando recados como estos, que los periodistas siempre entregamos puntualmente, incapaces de dar algo propio, algo que no sea pico de ganso.
 
"Jamás he ido contra los intereses de Cataluña", dijo cuando le preguntaron por las cosas terribles que, al parecer, ha hecho Pizarro contra esta región española, de creer el resumen de agravios que le hizo la periodista de La Vanguardia . Se definió como "uno de los otros catalanes" y recordó el reflotamiento de FECSA o la inversión de más de 5.200 millones de euros en Cataluña durante su etapa al frente de Endesa.
 
"Jamás he dicho que prefería una OPA alemana –en referencia a la de E.On– a una catalana –refiriéndose a la de Gas Natural, tutelada por el Gobierno y, según los indicios, también orquestada– sino que prefería la oferta que diera más dinero a mis accionistas. El problema", continuó, "es que había una oferta, la de la gasista catalana, que daba 22 euros en papelitos, mientras que yo insistí a los accionistas en que se podían obtener casi 45 euros por título". Los accionistas le hicieron caso y se llevaron 44,5 euros en efectivo por acción.
 
Pizarro dejó caer que "me divertí con la OPA" y que está dispuesto a seguir divirtiéndose, aunque "preferiría mirar hacia delante" con las propuestas que hará como candidato.
 
Rajoy lo presentó como un valor de "la sociedad civil que ha dado un paso adelante". Las primeras palabras de Pizarro fueron, no obstante, "por detrás, siempre por detrás de Rajoy, con él y con todos los afiliados", como "el último de ellos", para "liderar un proyecto que intenta ganar la confianza de la sociedad en un momento muy especial de la historia de España".
 
Se le vió el ramalazo liberal, cuando dijo que "hasta ahora he estado haciendo país, y ahora me toca hacer política", una frase que hará las delicias de los que creen que la política es un mal menor para no regresar a un estado de naturaleza, pero que la felicidad humana es cosa de individuos libres y sociedades emprendedoras.
 
También enumeró todos los cargos a los que renuncia desde hoy mismo, entre ellos los de consejero de la Bolsa de Madrid y de Telefónica. Parecía querer ahorrar a sus adversarios falsas vetas de escándalo. Para que no pierdan el tiempo ni se lo hagan perder. Y también porque parece desear que comience el partido para atacar donde mejor sabe y donde resulta letal: defendiendo con éxito y probidad intereses generales.
 
Si, como cree  Rajoy, Pizarro representa lo mejor de la sociedad civil, entonces no hay partido, y sí un único ticket ganador para el próximo 9-M.

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