(Libertad Digital) Nicolás Sarkozy defiende la "superioridad del mérito sobre el igualitarismo y el asistencialismo", define la "esencia de una nación" como el compendio de "una lengua, un patrimonio intelectual, una historia y unos principios fundamentales, como el de la igualdad", y garantiza a España una firmeza total en la persecución de ETA.
El presidente de Francia reitera en El Mundo algunas de sus ideas fundamentales sobre la virtud política. "Fui elegido y cumpliré todas mis promesas. Porque ésa es mi concepción de la política", subraya a los periodistas Rubén Amón e Iñaki Gil, en una entrevista concedida al diario español, que lo ha designado "Hombre de Año" y le dedica este jueves un cuadernillo de catorce páginas.
Para Alberto Ruiz-Gallardón, que interviene en el homenaje con un encendido elogio de Sarkozy volcado en un artículo de opinión, "la transición de Chirac a Sarkozy representa el paso de una derecha complaciente a una derecha verdaderamente nueva y transformadora, en un salto que hace difícil en rigor hablar de continuidad". Es conocido que la esposa de Ruiz-Gallardón está lejanamente emparentada con la ex esposa de Sarkozy, pero el alcalde de Madrid no habla como un pariente lejano y de rebote, sino como alguien que desea ser visto como un seguidor devoto del líder francés.
Gallardón, a punto de ver cumplido su deseo de ser incluido en las listas electorales del PP al Congreso y situarse, así, en la línea sucesoria de Mariano Rajoy, se muestra en El Mundo como un partidario aventajado de las ideas de Sarkozy, que no duda en interpretar de la manera más favorable a la imagen que el alcalde de Madrid cree que el electorado español tiene de él:
Sarkozy, dice, "simboliza una derecha sin corsés, que tiene la fuerza y la capacidad de sintonizar con sectores más amplios de la sociedad que en otras circunstancias no hubieran confiado en un líder meramente conservador".
Por su parte, el presidente francés entiende por "inmovilismo" un concepto muy distinto del que parece interpretar el alcalde de Madrid. Mientras Gallardón, como ya hiciera en su célebre intervención ante la Convención del PP de 2006, se dedica a criticar a la derecha, Sarkozy se refiere al "inmovilismo" de una sociedad en la que "el trabajo se infravaloró", una sociedad en la que "no trabajamos lo suficiente".
"Les dije que, trabajando más, podríamos arreglar el problema del poder adquisitivo. Les dije que creía en la superioridad del mérito sobre el igualitarismo y el asistencialismo. No he ocultado nada y los franceses me han dado su confianza".
Justo lo contrario de lo que suele achacársele a Gallardón desde ciertos sectores de su propios partido: un permanente camuflaje de sus verdaderas ambiciones, bajo apariencias de compromiso con Rajoy.
Sarkozy, en la misma entrevista para El Mundo, reafirma su compromiso con España en la lucha para derrotar a ETA.
"ETA debe saber que la unidad entre Francia y España es total en materia de lucha antiterrorista. La violencia es un camino sin salida. El mensaje a ETA tiene que ser muy claro: el hecho de que mate a un lado u otro de la frontera no cambiará nada en nuestra determinación de encontrar a los responsables de estos actos y acabar con el terrorismo".
Sarkozy se expresa con similar claridad en otros temas de la agenda, como cuando habla de su idea de la nación. Para él, no es un "concepto discutido y discutible", como dijo José Luis Rodríguez Zapatero, sino "una lengua, un patrimonio intelectual, una historia y unos principios fundamentales, como el de la igualdad entre todos los ciudadanos, especialmente entre hombres y mujeres".
También se pronuncia sobre la energía nuclear: "Defiendo la idea de que la energía del futuro, que es la energía nuclear, no debe reservarse sólo a los llamados países desarrollados".