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DOS MUJERES HABÍAN FALLECIDO HACÍA CINCO MESES

Salen a la superficie los miembros de una secta que esperaban el fin del mundo en una cueva

Todos los miembros de una secta religiosa que permanecían desde el pasado mes de noviembre encerrados en una cueva subterránea cerca de Nikolskoye, en la provincia rusa de Penza, a la espera del fin de mundo, salieron esta mañana a la superficie. Los cadáveres de dos mujeres que habían fallecido hacía cinco meses han sido recuperados.

Todos los miembros de una secta religiosa que permanecían desde el pasado mes de noviembre encerrados en una cueva subterránea cerca de Nikolskoye, en la provincia rusa de Penza, a la espera del fin de mundo, salieron esta mañana a la superficie. Los cadáveres de dos mujeres que habían fallecido hacía cinco meses han sido recuperados.
L D (Europa Press) Según informó este el jefe de distrito, Vladimir Provotorov, citado por la agencia rusa de noticias RIA Novosti, los ermitaños se decidieron a salir en el mismo momento en que los socorristas y los agentes de la Policía habían empezado a subir a la superficie los cadáveres de dos sectarias fallecidas hace cinco meses dentro de la cueva. "Les propusieron salir y aceptaron", dijo Provotorov.
 
Los cuerpos de ambas difuntas, cuyos nombres siguen sin precisarse, fueron recuperados en esta pasada noche. Un representante de la Fiscalía regional afirmó que se va a efectuar una prueba forense para averiguar las causas de estas muertes, pero los propios anacoretas aseguraron que una de sus compañeras falleció debido a "un estricto ayuno de cuaresma", y la otra, a causa de una enfermedad. "Todo esto tendrá que aclararse", advirtió Provotorov.
 
Treinta y cinco miembros de la secta de los "auténticos creyentes ortodoxos", entre ellos, varios menores de edad, se encerraron en la cueva en noviembre y amenazaron con quemarse a lo bonzo si alguien intentaba sacarles por la fuerza. Siete ermitaños subieron a la superficie en marzo, y otros 17, en abril.
 
El líder de la secta, Pavel Kuznetsov, había anunciado el Apocalipsis para abril o mayo de este año, pero no se unió a ellos en la cueva porque Dios, afirmó, le había encomendado otras tareas. En marzo intentó suicidarse después de que 24 miembros abandonaran el encierro. Las autoridades rusas han estado vigilando el emplazamiento desde noviembre, lo que había convertido a Nikolskoye en un centro de operaciones y en un circo mediático.
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