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INFORME: Lo que la SER no sabía del CNI en Irak

Hace dos semanas, la Cadena SER afirmaba, gracias a una filtración interesada, que el servicio secreto español no avaló la posición del Gobierno ante la crisis de Irak. En realidad, se basaba en unos informes que ya había publicado el diario El País.

L D (N. G. Mostazo) El pasado mes de junio, el diario El País publicó una información en la que afirmaba que Centro Nacional de Inteligencia (CNI) no avaló la posición favorable del Gobierno español para atacar a Irak, aunque este diario citaba supuestos informes del CNI que reconocían que el régimen de Sadam Husein mantenía, antes de la guerra, su "voluntad" de seguir desarrollando armas de destrucción masiva, lo que resultaba bastante llamativo, casi contradictorio. En aquellas fechas, Libertad Digital publicó que, según fuentes de inteligencia occidentales, era prácticamente imposible que el Gobierno español se hubiera basado en los informes de su propio servicio secreto porque, sencillamente, el CNI carecía casi por completo de información de primera mano obtenida en Irak.

El pasado día 4 de septiembre se celebró la reunión anual a puerta cerrada de la Comisión de Fondos Reservados, a la que acudió el director del Centro Nacional de Inteligencia, Jorge Dezcallar. Era la primera vez que Dezcallar acudía a esta reunión, porque fue nombrado para el cargo en mayo de 2002 y entonces todavía no estaba en disposición, con la nueva legislación del CNI recién aprobada, para acudir al Congreso a informar a los grupos parlamentarios sobre las actividades cotidianas del Centro, sustituto del antiguo CESID. Tras la comparecencia, la Cadena SER recibió una filtración del contenido de dicha reunión, a pesar de que es secreta y en la que ni siquiera se puede entrar con el móvil encendido.

La SER, aparentemente escandalizada

La SER decía tener en su poder tres informes del Centro Nacional de Inteligencia, con fecha de febrero pasado, en los que se argumentaba que no había confirmación para acreditar que Sadam Husein tenía vínculos con la organización terrorista Al-Qaeda. Los informes aireados por la SER también parece que resumían otros documentos secretos de los servicios de inteligencia de EEUU y el Reino Unido en los que se decía que no estaba confirmado que Sadam Husein tuviera armas de destrucción masiva . Con estos argumentos, tanto la Cadena SER como los portavoces parlamentarios del PSOE y de Izquierda Unida, Jesús Caldera y Felipe Alcaraz, respectivamente, afirmaron que el Gobierno había apoyado la intervención en Irak a pesar de que el CNI estaba, presuntamente, en contra.

Lo que parecían desconocer la SER , Jesús Caldera y Felipe Alcaraz, es que los servicios de inteligencia tienen como única misión informar al Gobierno sobre los temas de los que el propio Ejecutivo les solicite información, pero que las decisiones de un Gobierno no se basan exclusivamente en los datos que le proporcionen sus servicios de inteligencia. En el caso de Irak, donde el CNI tenía sensibles carencias simplemente porque no era su objetivo de trabajo, el Gobierno no se pudo basar exclusivamente en sus informes y, de hecho, fuentes oficiales dijeron la semana pasada que Aznar basó sus intervenciones en el Congreso y fijó la posición de España apoyándose, sobre todo, en los informes de los inspectores de armas de la ONU, que constataban que Sadam Husein no había demostrado que se hubiera deshecho de las armas de destrucción masiva que tenía.

Irak no era una prioridad para el CNI

Lo que la SER también parecía desconocer, lo mismo que Caldera y Alcaraz, es que los objetivos de trabajo del Centro Nacional de Inteligencia los fija el Gobierno año tras año y que, en el caso de España, Irak no era una prioridad a principios de 2002, motivo por el cual, cuando se inició la crisis con el régimen de Sadam Husein, nuestros servicios de espionaje no tenían a sus expertos trabajando sobre el tema y, según parece, tendrían que improvisar un equipo de trabajo para analizar la situación. En España, las prioridades del CNI son prácticamente las mismas todos los años: el terrorismo de ETA, la situación en Marruecos, América Latina, la inmigración ilegal, las mafias y la implantación de organizaciones terroristas, sobre todo de carácter islámico, en territorio español. Para los poco más de 2.000 empleados que tiene el CNI, esos objetivos son los que puede cubrir en función de su presupuesto y operatividad.

Cuando el pasado mes de junio el diario El País afirmaba que el CNI no avalaba la posición española ante la crisis de Irak, el autor del reportaje, Miguel González , cuyas fuentes en el área de Defensa y de Inteligencia suelen ser muy buenas, sí reconocía las carencias del servicio secreto español con respecto a Irak , algo que la SER , sin embargo, ignoró hace dos semanas. González afirmaba que el CNI cuenta con el satélite de observación "Helios", del que sólo puede utilizar el 5 por ciento del tiempo de observación cada día (poco más de una hora), en consonancia con su pequeña participación en el presupuesto para mantener dicho programa de satélites. Además, como también explicaba El País , el servicio español de espionaje compró fotografías a varias empresas de satélites de observación comerciales (que, por cierto, han hecho su agosto con la reciente guerra de Irak).

España, sin fuentes directas en Irak

En aquellas fechas, las fuentes de inteligencia occidentales consultadas por Libertad Digital confirmaron que España carecía de fuentes directas para obtener información en Irak. Las mismas fuentes explicaron que muchos agentes del CNI suelen trabajar en las embajadas y van acreditados como diplomáticos, pero cuando se inició la crisis iraquí, España sólo contaba en Bagdad con una oficina de representación económica y allí sólo había un funcionario acreditado con categoría de diplomático: Fernando Valderrama , encargado de negocios. Valderrama, según las mismas fuentes, no facilitó información al servicio español de inteligencia, aunque sí remitía habitualmente sus informes oficiales al Ministerio de Exteriores.

Sin embargo, poco antes de iniciarse la guerra en Irak, Fernando Valderrama empezó a hacer declaraciones a los medios de comunicación, precisamente en la Cadena SER , sobre la inconveniencia de la posición oficial del Gobierno español, por lo que cualquier información que hubiera podido facilitar este funcionario a los servicios españoles de inteligencia se habría puesto, como mínimo, en cuarentena . Finalmente, Valderrama tuvo que regresar a España semanas antes de iniciarse la guerra y el Ministerio de Exteriores cerró la oficina de representación en Bagdad. Ya de regreso a España, Valderrama siguió insistiendo en sus tesis contra el Gobierno, lo que le costó un expediente abierto en el Ministerio de Exteriores.

La OTAN, una fuente fundamental

Así pues, descartada la vía diplomática para obtener información, al servicio español de inteligencia sólo le quedaban un par de vías para obtener datos valiosos sobre Irak, según las fuentes de inteligencia occidentales consultadas en junio pasado por Libertad Digital . Al margen del pequeño operativo de espionaje tecnológico de que disponía el CNI comprando fotos de satélites y utilizando las imágenes facilitadas por el programa "Helios", la primera de las fuentes del CNI estaba, y sigue estando, en la OTAN, cuya división de inteligencia del Estado Mayor Internacional elabora sus propios informes, algunos con datos obtenidos por fuentes propias de la Alianza Atlántica, ya sea a través de la Estación de Satélites de Torrejón de Ardoz (Madrid) o gracias a algunos aviones de observación adscritos a la OTAN.

También en la Alianza Atlántica se produce un intercambio habitual de inteligencia entre los países miembros. Sin embargo, de acuerdo con las fuentes consultadas por Libertad Digital , ni Estados Unidos ni el Reino Unido facilitan abundante información en este foro de intercambio, ya sea porque maneja datos que sólo afectan a sus intereses de Seguridad Nacional o porque no se fían del todo de sus aliados (Francia y Alemania son dos ejemplos muy claros). Además, debido a las filtraciones que se pueden producir en la OTAN por la presencia de algunos Estados que no son miembros, como Rusia, suele ser habitual que los oficiales responsables del enlace de inteligencia en esta organización mantengan, sobre todo, contactos de carácter bilateral, que es donde se intercambia la información valiosa.

Los "canales directos" del CNI

La segunda vía por la que el CNI pudo obtener información sobre Irak está en los “canales directos” abiertos entre el jefe del servicio de espionaje, Jorge Dezcallar, y sus homólogos de otros países amigos o aliados, como Estados Unidos, el Reino Unido, la mayoría de naciones europeas y varios países de Oriente Próximo. Dichos contactos, según las fuentes consultadas por Libertad Digital , se produjeron antes de la guerra en Irak, de modo que los informes del CNI podían concluir en febrero pasado, como así publicaba El País en junio, que "Irak ha mantenido su voluntad de seguir desarrollando sus programas de armas de destrucción masiva", especialmente en los "ámbitos químico, biológico y de misiles" .

Sin embargo, estos informes no podían ser mucho más concretos, precisamente por la escasez de información sobre Irak en poder del CNI. Por lo tanto, cabe deducir el Gobierno español tampoco diera demasiado valor a los informes de su propio servicio de espionaje, avalaran o no su posición política ante la crisis de Irak. Por ese mismo motivo, la campaña lanzada por la SER hace dos semanas carecía de fundamento .

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