L D (EFE) Narciso Ibáñez Serrador, director y creador del programa "Un, dos, tres...", señaló este martes que lo sucedido con los actores afectados por acondroplasia que intervienen en el concurso, es un episodio "completamente absurdo", y dijo que ahora tendrá que buscarles una nueva ubicación en el programa.
Serrador contó que el pasado lunes, el portavoz de la Asociación Alpe Acondroplasia, José Ayala, presente en el plató, no se quejaba de la actuación de estos dos actores. "Le invité al control, le senté a mi lado, vimos lo que hacían estos dos compañeros y me respondió que la cosa no tenía más importancia, que creía que era más grave y que podían seguir", explicó el realizador, "e incluso habló con el director de relaciones institucionales de RTVE y le contó lo mismo".
Añadió que "cuando abrí los periódicos y me encontré con la queja, pensé que lo que este muchacho, Ayala, quería era buscar notoriedad, porque no se como calificar esta actuación de una hipocresía tan grande". Chicho Ibáñez Serrador quiso dejar claro que "estos muchachos cobran lo mismo que otros actores, tienen un camerino igual, comen con nosotros y les queremos como uno más. Ellos son felices ejerciendo su profesión y, además, están muy orgullosos de ganarse la vida honradamente, pagándose su seguridad social".
Este número, según explicó, será sustituido por otro en el que una muchacha, no muy agraciada, no encuentra con quién quiera casarse con ella.
Serrador contó que el pasado lunes, el portavoz de la Asociación Alpe Acondroplasia, José Ayala, presente en el plató, no se quejaba de la actuación de estos dos actores. "Le invité al control, le senté a mi lado, vimos lo que hacían estos dos compañeros y me respondió que la cosa no tenía más importancia, que creía que era más grave y que podían seguir", explicó el realizador, "e incluso habló con el director de relaciones institucionales de RTVE y le contó lo mismo".
Añadió que "cuando abrí los periódicos y me encontré con la queja, pensé que lo que este muchacho, Ayala, quería era buscar notoriedad, porque no se como calificar esta actuación de una hipocresía tan grande". Chicho Ibáñez Serrador quiso dejar claro que "estos muchachos cobran lo mismo que otros actores, tienen un camerino igual, comen con nosotros y les queremos como uno más. Ellos son felices ejerciendo su profesión y, además, están muy orgullosos de ganarse la vida honradamente, pagándose su seguridad social".
Este número, según explicó, será sustituido por otro en el que una muchacha, no muy agraciada, no encuentra con quién quiera casarse con ella.
Chicho: "Mientras dure el programa los tendré en nómina"
"Si no hubiese hecho nada -señaló el creador del concurso- lo único que hubiera conseguido esta asociación es dejar a dos señores en paro, con el agravante de que no les va a ser fácil encontrar trabajo, pero mientras dure el programa los tendré en nómina". Asegura que aún no sabe qué trabajo pueden realizar y que no va a ser fácil "pero al menos les he quitado la angustia de qué hacemos mañana. Me parece todo absurdo, sacado del tiesto. Jamás he tenido ningún problema ni ningún disgusto".
Manuel Sarriá, el actor con los que ellos trabajaban, "tenía una relación muy humana con ellos" y recordó que Sarriá adoptó al hijo de su hermano, que murió, con síndrome de Down, "lo que le hace más sensible a esta situación". Consideró que esta situación "les va a marcar en el futuro, porque cuando termine el programa, y con estos antecedentes, muchos van a tener reticencias para contratarlos. Aquí hay un equipo de más de 150 personas y están todas indignadas".
Melvi Díaz Bautista, quien junto a José Libardo Maldonado Vergara, interpreta los personajes de "Tati" y "Quieti" en el concurso, señaló que con las críticas de las asociaciones "nos han quitado el pan y desde luego, ni TVE ni la dirección del programa se han reído de nosotros ni nos han maltratado". "Yo estoy muy a gusto con la productora. Me da rabia lo que nos han hecho", concluyó.
"Si no hubiese hecho nada -señaló el creador del concurso- lo único que hubiera conseguido esta asociación es dejar a dos señores en paro, con el agravante de que no les va a ser fácil encontrar trabajo, pero mientras dure el programa los tendré en nómina". Asegura que aún no sabe qué trabajo pueden realizar y que no va a ser fácil "pero al menos les he quitado la angustia de qué hacemos mañana. Me parece todo absurdo, sacado del tiesto. Jamás he tenido ningún problema ni ningún disgusto".
Manuel Sarriá, el actor con los que ellos trabajaban, "tenía una relación muy humana con ellos" y recordó que Sarriá adoptó al hijo de su hermano, que murió, con síndrome de Down, "lo que le hace más sensible a esta situación". Consideró que esta situación "les va a marcar en el futuro, porque cuando termine el programa, y con estos antecedentes, muchos van a tener reticencias para contratarlos. Aquí hay un equipo de más de 150 personas y están todas indignadas".
Melvi Díaz Bautista, quien junto a José Libardo Maldonado Vergara, interpreta los personajes de "Tati" y "Quieti" en el concurso, señaló que con las críticas de las asociaciones "nos han quitado el pan y desde luego, ni TVE ni la dirección del programa se han reído de nosotros ni nos han maltratado". "Yo estoy muy a gusto con la productora. Me da rabia lo que nos han hecho", concluyó.