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La mitad de los miembros de la célula de Avilés estaba en estrecho contacto con la Policía

Además del ex minero-confidente, Emilio Suárez Trashorras, hasta otros tres miembros de la 'célula de Avilés' (la que proporcionó los explosivos del 11-M) estaban en estrecho contacto con el inspector jefe de Avilés, Manuel García Rodríguez, según publica El Mundo. Tras los atentados, la hermana de Trashorras llamó al policía: "Manolo, la hemos cagado". "Puedes estar tranquila, son cosa de ETA", respondió el inspector. La mayoría de las llamadas a los terroristas islamistas se realizaron desde la cabina situada frente a la comisaría de Avilés.
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(LIbertad Digital) El ministro del Interior, José Antonio Alonso, compareció en rueda de prensa para explicar la operación de la Guardia Civil que se saldó con seis detenciones en la localidad asturiana de Avilés. Escudándose una decena de veces en el secreto de sumario y el respeto a la investigación, Alonso sólo aportó un dato: las detenciones "no son consecuencia en ningún modo de intervenciones telefónicas practicadas antes del 11 de marzo".
 
Este jueves, el diario El Mundo aporta muchos más datos que el ministro. Resulta que de los seis detenidos de la célula de Avilés, al menos tres tenían una "relación estrecha y constante con la Policía". Eso sin contar a Emilio Suárez Trashorras, el ex minero detenido hace ya varias semanas y que resultó ser un confidente policial.
 
Según El Mundo, Antonio Toro Castro, su hermana Carmen (mujer de Trashorras) y Javier González "El Dinamita" llamaron en reiteradas ocasiones al inspector jefe de Avilés, Manuel García Rodríguez, mientras negociaban con Jamal Ahmidan "El Chino" la venta de la dinamita que se utilizaron para la matanza de Madrid del 11-M. No obstante, a los primeros que Toro Castro ofreció los explosivos fue a los etarras que estaban encarcelados con él en la cárcel asturiana de Villabona.
 
El policía de Avilés aparece, según El Mundo, en el centro de "un entramado delincuencial sin cuya colaboración nunca se hubieran podido cometer los crímenes". La mujer de Trashorras incluso llamó a García Rodríguez tras el 11-M. "Manolo, creo que la hemos cagado", afirmó Carmen Toro. "Puedes estar tranquila, los atentados son cosa de ETA", replicó el inspector jefe. Según la misma Carmen Toro, este policía engañó a su marido y, después de cenar juntos, le acompañó desde Asturias a Madrid convenciéndole de que su vida estaba en peligro.
 
Para terminar de enredar el asunto, la mayoría de las llamadas que los detenidos hicieron a los terroristas islamistas se realizaron desde una cabina situada justo enfrente de la comisaría de Avilés.

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