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El menor que violó y asesinó a la joven de Orihuela estará en libertad dentro de 4 años

El niño de 14 años que violó y asesinó a Shila, una pequeña de 13, en la localidad alicantina de Orihuela ha sido condenado a 12 años de internamiento en régimen cerrado por el juzgado de menores número 2 de Alicante, pero sólo cumplirá cuatro, seguidos de tres años de libertad vigilada, pues así lo estipula la vigente Ley del Menor. El padre de la niña ha expresado su indignación asegurando que esta ley “defiende al asesino, y no a las víctimas”.

L D (EFE) Según la sentencia, el menor, de origen alemán y residente en la zona, ha sido considerado como autor de un delito de asesinato y dos de agresión sexual penados cada uno con 4 años de internamiento. Sin embargo, en virtud de la Ley del Menor, el condenado "no podrá cumplir más de 4 años de internamiento terapéutico cerrado, seguido de 3 años de libertad vigilada", como indica la sentencia.
 
Farhard Big Delly, el padre de la pequeña víctima, se ha referido a los años de condena que sufrirá el asesino de su hija, y ha manifestado su descontento por la noticia. “No podemos aceptar que solamente vaya a cumplir 4 años ya que, incluso, si cumpliera los 12 años nos parecería poco tiempo por el daño que nos ha causado”, se quejó.
 
El padre de Shila, que no especificó si va a recurrir la sentencia, declaró su intención de trabajar “activamente” para cambiar la Ley del Menor en España, con el fin de que no vuelvan a producirse casos como el de su hija. “Queremos que la ley se cambie porque sentimos que defiende al niño condenado y no a nosotros”. Como primer paso, se pondrá en contacto con asociaciones de padres que también “tengan el deseo” de aumentar las penas a los menores que cometan estos “delitos monstruosos”.

Los hechos ocurrieron el pasado 2 de abril en la urbanización Playa Flamenca de la costa de Orihuela, cuando la joven, de nacionalidad noruega, salió de su domicilio con una mochila a las 7.10 horas para coger el autobús escolar en la calle Nicolás de Busi.

Cerca de la parada se encontró con el condenado, compañero de su instituto, quien la abordó y empleó "la fuerza necesaria para arrastrarla" hasta un descampado, detrás de una nave de material de construcción. El juez considera probado que la víctima se resistió porque se le cayó la mochila en el trayecto, así como por los golpes que recibió del agresor.

Una vez que la trasladó a ese lugar, el menor le bajó los pantalones y la ropa interior y, tras ponerse un preservativo, la violó en dos ocasiones anal y vaginalmente. Entre los hechos probados consta que la menor había tratado de defenderse y que, por ello, sufrió varios hematomas en varios sitios del cuerpo.

La sentencia señala que cuando la menor se quedó sin fuerzas, el agresor "la cogió del cuello con las manos y la estranguló causándole la muerte" para, posteriormente, arrastrarla unos metros y colocarla bajo un sofá abandonado del citado descampado y marcharse a casa de sus abuelos.

El juez indica que después, cuando paseaba a su perro, se acordó de que había dejado el preservativo junto al cadáver por lo que, con el fin de destruir dicha prueba, regresó al lugar aunque no logró hallarlo. Los especialistas pusieron de relieve con este hecho la "sangre fría" del menor, que le permitió sacar a su perro poco después de cometer el crimen.

Los técnicos también consideran que el joven condenado pertenece a una familia económicamente estable y con una formación cultural óptima, aunque experimenta sentimientos de ira y es irritable cuando se le provoca. Además, destacan la "frialdad" demostrada durante la vista, aunque en los momentos finales rompió esta actitud con "tenues lágrimas" y pidiendo perdón, aunque más por "su temor ante las consecuencias judiciales que pudieran tener sus actos que por un sincero arrepentimiento".

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