L D (EFE) Los detenidos se encuentran en el Departamento de Investigación del Delito de la Policía de Asunción a petición del fiscal Sánchez, quien ordenó su detención en el marco de la investigación que intenta establecer si, como denunciaron algunos testigos, ordenaron que se cerraran las puertas del local. Juan Paiva negó esta acusación ante la prensa y dijo que no tiene "el último informe de lo ocurrido pero mis colaboradores me dijeron que hubo un caos". También aseguró que "la gente se apuró en ganar la calle pero, lastimosamente, ocurrió una tragedia" y manifestó que está "aquí dando la cara, soy responsable y ayudaré a las víctimas".
Ninguno de los dos responsables se encontraba en el local cuando se produjo la tragedia ayer en un barrio periférico de clase obrera de la capital paraguaya. El incendio comenzó este domingo hacia las 11.30 hora local cuando alrededor de 700 personas hacían sus compras y almorzaban en el lugar. El fuego se declaró probablemente en una de las cocinas del establecimiento, tras la explosión accidental de una garrafa de gas y las llamas se extendieron rápidamente por todo el edificio. Al menos 365 personas murieron, las mayoría asfixiadas, y 300 resultaron heridos.
La mayoría de los fallecidos fueron depositados en una discoteca situada frente al supermercado, que se convirtió en una improvisada morgue. Después, fueron trasladados en camiones a un local de las fuerzas armadas. Otros fueron trasladados al patio de una iglesia cercana al edificio, donde decenas de familiares de personas desaparecidas circulaban entre los cadáveres en busca de los suyos.
El presidente del Congreso, Miguel Carrizosa, ha declarado que "es la tragedia más grande que ha tenido Paraguay después de la guerra" en referencia al conflicto del Chaco, entre Paraguay y Bolivia en 1932. El Gobierno ha decretado tres días de duelo nacional.