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La mujer de "Lavandero" a El Comercio: "Quiero estar a su lado"

Aunque Gómez Arruche ha dicho saber por la prensa que la mujer de Lavandero tenía problemas personales que le han llevado al suicidio, lo cierto es que en la única entrevista que "Lorena" concedió a un medio de comunicación reconoce que viven separados pero que "nunca habíamos estado tan unidos". En ningún momento se desprende de sus palabras una relación difícil con su ex marido sino que se muestra confiada en poder verle pronto, tras unos días sin tener noticias de él por haberse convertido en un testigo protegido.

Aunque Gómez Arruche ha dicho saber por la prensa que la mujer de Lavandero tenía problemas personales que le han llevado al suicidio, lo cierto es que en la única entrevista que "Lorena" concedió a un medio de comunicación reconoce que viven separados pero que "nunca habíamos estado tan unidos". En ningún momento se desprende de sus palabras una relación difícil con su ex marido sino que se muestra confiada en poder verle pronto, tras unos días sin tener noticias de él por haberse convertido en un testigo protegido.
(Libertad Digital) Elisángela Barbosa Guimaraes concedió la entrevista a El Comercio el 18 de noviembre pero no desveló su identidad. El diario explicaba que "tiene miedo". Se refería a ella con la inicial L, de "Lorena" como se la conocía. Y relata que "hace una semana dos hombres se presentaron en el local nocturno donde trabaja como camarera y le preguntaron por Francisco" ("Lavandero", su ex marido). Ella explica que "en ese momento no sabía cómo localizarle. No sé si eran policías porque no se presentaron, pero fueron muy amables, a pesar de que no quisieron contarme de qué iba la cosa". Únicamente le dijeron que comprara la prensa y se enteraría.
 
Ese día El Mundo sacó a la luz la cinta que probaba las conversaciones entre "Lavandero" el guardia civil Campillo. Tras informase, "Lorena" envío un mensaje a su ex marido. Relata en la entrevista que "a los pocos minutos me devolvió la llamada: No salgas de casa. No te muevas. Luego vuelvo a llamarte. Me quedé muerta de miedo. Hablaba muy en serio".
 
Volvió a hablar con el confidente unos días más tarde y Lavandero le pidió que confiara en él, que no era un criminal sino que había cumplido con su deber. Desde entonces, convertido ya en testigo protegido, perdió toda comunicación. "Le echo mucho de menos. Si pudiera estar a su lado podría servirle de apoyo. No me importaría meterme en un lío, quiero estar junto a él", confesaba en la entrevista. También reconocía, lejos de tener problemas personales como apunta el director de la Guardia Civil, que "aunque vivimos separados nunca habíamos estado tan unidos. Él me lleva al trabajo, me recoge, comemos a diario y nos llamamos todos los días. Nunca nos habíamos llevado tan bien". Apuntaba El Comercio que "incluso pensaban viajar a Brasil para pasar allí las navidades". Ella, entonces, sentencia: "Ahora no podrá ser. Le han jodido la vida por cumplir como un buen ciudadano".

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