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El "blogger" despedido por Google reconoce que habría cerrado su bitácora si se lo hubiesen pedido

Tras dos semanas "frenéticas", Mark Jen, el blogger despedido por Google por contar más cosas de las debidas en su bitácora 99zeros, se ha decidido a narrar "la historia oficial, directamente desde la fuente" de lo sucedido. En el último "post" de su página, fechado el viernes 11 de febrero, Mark Jean reconoce haber cometido un tremendo error al desvelar asuntos sensibles del buscador y no ahorra algún que otro pullazo a la compañía que le dejó en la calle 11 días después de haberle contratado.

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Tras dos semanas "frenéticas", Mark Jen, el blogger despedido por Google por contar más cosas de las debidas en su bitácora 99zeros, se ha decidido a narrar "la historia oficial, directamente desde la fuente" de lo sucedido. En el último "post" de su página, fechado el viernes 11 de febrero, Mark Jean reconoce haber cometido un tremendo error al desvelar asuntos sensibles del buscador y no ahorra algún que otro pullazo a la compañía que le dejó en la calle 11 días después de haberle contratado.
(Libertad Digital) "El 28 de febrero fui despedido de Google. Directa o indirectamente, mi 'blog' fue la razón", señala Jean, quien confiesa haberse sentido "conmocionado" por lo sucedido. A pesar de entonar en muchos pasajes el mea culpa, el ya ex-empleado del buscador más utilizado del mundo no termina de entender por qué le despidieron si dos días después de escribir los polémicos mensajes accedió a eliminarlos de la página. "No soy un insubordinado", advierte, para inmediatamente subrayar que si algún directivo le hubiera pedido que diera de baja su 'blog' lo hubiera hecho sin ningún problema.
 
Jean dice haber aprendido mucho con la experiencia y da la razón a aquellos que le han achacado que habló más de la cuenta demasiado pronto: "Debería haber esperado un poco más" para contarlo todo con más "perspectiva", asume. Pero no lo pudo evitar: el hecho de entrar a forma parte de una "pequeña familia" tan importante como Google le impulsó a teclear sin freno. "Estaba demasiado entusiasmado", recuerda. "Pensé que iba a formar parte de las nuevas iniciativas y mejorar las ya existentes; pensé que podría saltar desde lo más profundo para zambullirme en el revolucionario ámbito del desarrollo; pensé que podría contactar con gente real del mundo exterior y conseguir comentarios de primera mano; pensé que a Google le encantaría; pensé mal", escribe.
 
Lecciones para bien y para mal
 
Una de las lecciones que ha aprendido Jean tras los acontecimientos es el gran poder que ejerce la 'blogosfera' sobre la actualidad. "También he aprendido a ser un poco más analítico, un poco más precavido y mucho menos presuntuoso", explica. Lo sucedido también le ha servido para saber hacia dónde y hacia dónde no quiere dirigir su futuro profesional:  no hacia los "weblogs", sí a "crear soluciones revolucionarias". "Mucha gente vive sin la posibilidad de llegar a aprender estas cosas sobre sí mismas. Estoy agradecido de haber tenido esa opción", añade.
 
En su texto, Jean también aprovecha para asestar algunas puñaladas a Google. Dice ser consciente del lugar desde el que viene el buscador y se manifiesta contrario a la postura adoptada por la compañía con su caso: "Creo que los "blogs" son la próxima revolución de Internet. La web dota a la gente de un revolucionario acceso a la información: el correo electrónico y la mensajería instantánea ha cambiado el modo de comunicación" y los weblogs permiten a todo el mundo crear nueva información y contenidos. "Son la culminación de muchos progresos acontecidos desde que Internet" comenzó a utilizarse de forma masiva en todo el mundo, agrega. Precisamente por eso, las empresas deberían aceptarlos y permitir a sus empelados que "difundan la palabra". "En la Era de la Información, "bloguear" es el modelo más rápido y económico de márketing", apunta.
 
Después del tortazo, Jean da una palmada en la espalda a la compañía que le ha despedido. Recuerda que, se quiera o no, Google es una empresa pública y hace todo lo posible para que su negocio vaya bien, utilice métodos justos o injustos.
 
En su párrafo final Jean recuerda a todos los lectores que, además de crear una buena polémica, es sobre todo una persona sin trabajo. Por eso anima a todos los que estén interesados a contratar a un programador "de talento" que le tengan en cuenta . "Estoy en mercado", dice. Por último tranquiliza a todas las empresas que estén interesadas en su perfil. Respetará, dice, sus políticas de privacidad y no utilizará la web para contar más cosas de la cuenta.

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