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La Generalidad limitó el número de refuerzos del túnel del Carmelo para ahorrar costes

La empresa pública GISA, responsable de la dirección de obra del túnel del Carmelo, propuso aumentar la distancia prevista entre cerchas (refuerzos para sujetar la tierra) contra la opinión técnica de las constructoras. El principal motivo de la propuesta de GISA fue el ahorro en el coste. Además, distintos expertos consultados por Libertad Digital insisten en el riesgo que presenta para otras edificiaciones haber rellenado con hormigón el socavón que dejó el derrumbe.

La empresa pública GISA, responsable de la dirección de obra del túnel del Carmelo, propuso aumentar la distancia prevista entre cerchas (refuerzos para sujetar la tierra) contra la opinión técnica de las constructoras. El principal motivo de la propuesta de GISA fue el ahorro en el coste. Además, distintos expertos consultados por Libertad Digital insisten en el riesgo que presenta para otras edificiaciones haber rellenado con hormigón el socavón que dejó el derrumbe.

(Libertad Digital) La empresa de la Generalidad encargada de la dirección de obra de la ampliación de la línea 5 de Barcelona (Gestió d'Instraestrucures S.A., GISA), propuso aumentar la distancia prevista entre cerchas. La UTE formada por las constructoras advirtió en dos reuniones de que esa medida podría suponer un mayor riesgo de desprendimiento, especialmente teniendo en cuenta las condiciones del terreno y que se habían producido dos deslizamientos recientemente. GISA mantuvo su postura en razón del coste. Las cerchas son perfiles laminados de acero que forman un entramado similar a los que se usan, por ejemplo, para dar rigidez a una cubierta.

Después de que el pasado 27 de enero se produjera el primer derrumbe, la Consejería de Política Territorial tomó la decisión de tapar el túnel con hormigón con el objetivo de evitar nuevos derrumbes. Pero esto se hizo sin realizar un estudio geológico específico, por lo que algún técnico ha mostrado sus dudas sobre los efectos que el peso de la masa de hormigón pudiera tener en el terreno. El hormigón que ha cubierto el túnel hará imposible la comprobación de las medidas de seguridad que se habían tomado, por lo que algunos vecinos hablan ya de que se están tapando las pruebas.

Según distintos expertos en geología e ingeniería civil consultados por Libertad Digital, la decisión de rellenar el socavón con hormigón añade un nuevo problema. La tierra sobre la que se ha echado tiene una densidad aproximada de 1,6 toneladas por metro cúbico mientras que la del hormigón es en torno a  2,3 toneladas por metro cúbico. Esto significa que el relleno tenderá a “empujar” el terreno que le sirve de lecho generando desequilibrios en los alrededores por lo que la aparición de grietas –ya han comenzado a advertirse– puede ser a partir ahora la tónica general. A ello hay que añadir que el terreno es irregular; una zona calcárea con placas de arcilla y numerosas grutas.

En los meses previos al derrumbe del túnel del metro que pasa por el barrio del Carmelo se produjeron dos deslizamientos de tierra que alertaron sobre la posibilidad de mayores problemas. Las constructoras mantuvieron dos reuniones con la dirección de obra, gestionada en nombre de GISA por Tec Cuatro y Geocontrol, en la que solicitaron ampliar las medidas de refuerzo de la bóveda del túnel. GISA tuvo conocimiento de estas reuniones y mantuvo el criterio de ampliación de la distancia entre cerchas no solo por el coste sino por recuperar tiempo en la ejecución de las obras, que acumulaba un retraso de cinco meses.

El túnel se realizó por el denominado método austriaco, que fue rechazado en Madrid en 1996 por motivos de seguridad. La Comunidad de Madrid optó entonces por la tuneladora, más segura, pero con un mayor coste. El método austriaco consiste en aprovechar la propia resistencia del terreno donde sea adecuado, y reforzarlo cuando el terreno no sea suficientemente resistente. Para conocer el grado de resistencia del terreno es necesario realizar un estudio geológico. Los refuerzos se utilizan para entibar, es decir, sujetar el terreno donde por sí mismo no resiste.

El proyecto original contaba con un estudio geológico realizado en 2001 cuando no se pensaba llevar por el Carmelo, pero más tarde se varió el proyecto, haciendo pasar el túnel por este barrio. Si bien el cambio del proyecto se hizo con la anterior administración, la decisión de llevar el túnel por el barrio del Carmelo fue del nuevo gobierno del tripartito. Según informó el Colegio de Geólogos de Cataluña no se ha realizado un estudio específico del área del Carmelo que complementara al de 2001. No obstante hay uno que se realizó en 1948 y que revelaba que el terreno es una zona calcárea con abundantes grutas y placas de arcilla. En consecuencia, el terreno no tiene mucha consistencia.

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