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Dionigi Tettamanzi

Dionigi Tettamanzi es otro de los grandes intelectuales que suenan como papables. Brillante y abierto, está considerado conservador en lo moral. Tiene muchos amigos y pocos enemigos, lo que le podría convertir en un hombre de consenso, si las votaciones no se decantaran por ningún otro. Le frena su escasa proyección internacional.

Dionigi Tettamanzi es otro de los grandes intelectuales que suenan como papables. Brillante y abierto, está considerado conservador en lo moral. Tiene muchos amigos y pocos enemigos, lo que le podría convertir en un hombre de consenso, si las votaciones no se decantaran por ningún otro. Le frena su escasa proyección internacional.
(Libertad Digital) Dionigi Tettamanzi. Nació el 14 de marzo de 1934 en Renate, dependiente de la Diócesis de Milán. Es uno de los candidatos con más posibilidades, al menos a juzgar por la atención de los medios de comunicación. Se licenció en teología en el Seminario de Venegono Inferior, para doctorarse más tarde, en Roma, con una tesis sobre "El deber del apostolado de los laicos". Obtuvo la ordenación en 1957, en Roma donde ampliaba sus estudios, hasta 1960, cuando los continuó en Milán.
 
Allí fue miembro de la facultad de dos seminarios hasta 1966, cuando volvió al de Venegono, ya como miembro de la facultad. Desde 1980 ocupa varios cargos en el Vaticano, y nueve años más tarde es elegido arzobispo de Anconia-Osimo, para ser consagrado por Carlo María Martini, otro de los papables, en septiembre de 1989. En ese año se encarga de la dirección del diario Awenire, que no pasa entonces sus mejores momentos, para dejarlo entre los principales diarios de su país. Dos años más tarde ocuparía la presidencia de la Conferencia Episcopal Italiana.
 
En abril de 1995 es trasladado a la sede metropolitana de Génova y un mes más tarde ocuparía el cargo de vicepresidente de la Conferencia Episcopal de su país. Es creado cardenal presbítero en 1998 y recibe la birreta roja y el tratamiento de Su Santidad. En el año 2000 fue nombrado miembro del Consejo de Cardenales para el Estudio de los Problemas Organizativos y Económicos de la Santa Sede.
 
Está al frente de la archidiócesis de Milán, una de las más importantes del mundo. Es un intelectual de talla, autor prolífico, y colaborador de Juan Pablo II en la redacción de sus últimas encíclicas. No obstante su valía le ha sido reconocida desde hace tiempo, lo que le ha llevado a colaborar en la encíclica "Humanae Vitae", de Pablo VI, en la que se condenaba el control artificial de los nacimientos.

Podría ser un candidato de consenso, si no fuera posible, como en el último cónclave, elegir entre dos fuertes candidatos y hubiera de optarse por otro con menos oposición, sus posibilidades aumentarían. Se ha destacado por su contribución a la lucha contra el sida en África y mostró simpatías por los antiglobalización, cuando se manifestaron en Génova durante la cumbre de 2001 del G8. Afirma que la globalización ha de estar al servicio de los más pobes, y no sólo de los beneficios empresariales. Se le considera cercano al Opus Dei.

Pero apenas ha salido de Italia y su bajo perfil internacional le podría restar posibilidades. De todos modos, sería una apuesta por el continuismo tanto doctrinalmente como desde el punto de vista de la defensa de la centralidad del Vaticano en el gobierno de la Iglesia. A su favor cuenta con ser un reputado teólofo, especialmente en los ámbitos sociales y de la familia, y con que su edad anunciaría un pontificado breve.

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