(Libertad Digital) La periodista Isabel Gallo entrevista este domingo en El País a Javier Rioyo, al que presenta como periodista, guionista de cine, radio y televisión, productor y realizador de películas documentales. Durante la conversación, Rioyo se felicita por la buena acogida del programa entre los escritores porque "todos los que hemos llamado han venido". Explica que ha habido excepciones, como Rafael Sánchez Ferlosio, "pero no me rindo y le estoy persiguiendo, o Juan Marsé, que ha grabado una explicación ante la cámara".
Ante la negativa de Marsé, explica que le ha explicado que "no debe mirar la televisión como un reducto del pasado tomado por el poder y le he asegurado que no recibo ni una indicación. No hay dirigismo, ni partidismo, no es pro-PSOE ni anti-PSOE, ni pro-PP ni anti-PP".
Preguntado por los criterios que sigue para seleccionar los libros: "gustos personales, interés del público, novedades editoriales...", aclara que "uno no se libra de las tres cosas. Hay que atender a las minorías lectoras, pero no desplazar a los que tienen gustos más generales. No quiero que sea un espacio promocional, pretendo que las obras se defiendan por merecer la pena, no por su novedad".
El veto a Pío Moa
Tras alabar la independencia del programa y la ausencia de sectarismo, ante la pregunta de a quién no llevaría nunca, Rioyo se descubre: "Me molestaría invitar a historiadores manipuladores que tienen mucho éxito". La periodista quiere nombres y le sugiere si estaría entre ellos, "por ejemplo, Pío Moa". "Pues sí, me gustaría confrontarle con alguien, pero no entrevistarle" y se deshace en explicaciones: "Yo tengo mi pensamiento, soy más bien progresista en la mirada y mantengo el diálogo con autores conservadores aunque no comparta nada. No voy a hacer una barricada, pero hay autores que por su carácter manipulador no me apetecen".
Sobre los niveles de audiencia del programa, "alrededor de una media de 300.000 espectadores, según señala la entrevistadora, Rioyo se muestra "razonablemente satisfecho. Cuando en algún periódico han dicho: ¡Ay, qué baja audiencia, qué pena!, yo he pensado: claro, esto es un programa de libros y en España vender 10.000 ó 20.000 ejemplares es una hazaña. El horario no ayuda y el perfil del público no es el que ve a Sardá, es más parecido al de "59 segundos", el debate de La Primera, que tiene interés, aunque Javier Sardá le llama el Salsa rosa de la política. Creo que existe cierta contraprogramación entre las dos cadenas, aunque no sea intencionada. Lo único que he pedido a TVE es más promoción".