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"Un concierto de rock en español hace más por el castellano que el Instituto Cervantes"

Durante la presentación de un documental sobre la banda Metallica, la ministra de Cultura –declarada fan de este grupo de rock– se dejó llevar por el entusiamo y aseguró que "un concierto de rock en español en el extranjero hace más por el castellano que el Instituto Cervantes". Una genialidad más de una ministra que ha sido "cocinera antes que fraila" y que no soporta que la comparen con "Pixie y Dixie". Mientras tanto, el subdirector de Archivos Estatales de Cultura ha renunciado a su cargo por las discrepancias con la ministra por el desmantelamiento del Archivo de Salamanca.

Durante la presentación de un documental sobre la banda Metallica, la ministra de Cultura –declarada fan de este grupo de rock– se dejó llevar por el entusiamo y aseguró que "un concierto de rock en español en el extranjero hace más por el castellano que el Instituto Cervantes". Una genialidad más de una ministra que ha sido "cocinera antes que fraila" y que no soporta que la comparen con "Pixie y Dixie". Mientras tanto, el subdirector de Archivos Estatales de Cultura ha renunciado a su cargo por las discrepancias con la ministra por el desmantelamiento del Archivo de Salamanca.
(Libertad Digital) Mucho se ha escrito de la pasión de la ministra de Cultura por el rock. Se sabe, ella misma lo ha confesado, que Carmen Calvo guarda en su despacho ropa informal –chupa de cuero, incluida– "para no llegar tarde a los conciertos con la ropa de trabajo". Además, a la ministra le gusta pasar desapercibida en los conciertos por lo que les dice a sus guardaespaldas "que bailen o que se pongan donde no se les vea mucho".
 
Una de las debilidades de la ministra es el mítico grupo de rock Metallica, "aunque sea duro, duro". Tal es su pasión por Metallica que Calvo fue una de las estrellas invitadas en el estreno del documental Kind of Monster sobre la intimidad de la banda. Se supone que presa del entusiasmo al verse rodeada de Obus o Los Suaves, la titular de la Cartera de Cultura no dudó en asegurar que "un concierto de rock en español en el extranjero hace más por el castellano que el Instituto Cervantes", según se recoge en el último número de la revista Rolling Stone.
 
De Pixie y Dixie a la viga en el ojo ajeno
 
Lo cierto es que la ministra de Cultura es, junto a la responsable de Vivienda, María Antonia Trujillo, una de las integrantes del Gobierno que más juego está dando a la prensa por sus declaraciones. Así sucede desde su estreno el 30 de abril de 2004 en la Cadena SER, donde anunció que el Gobierno iba a reducir el IVA aplicable a la producción musical del actual 16 por ciento a un cuatro por ciento. Días después, tuvo que ser la vicepresidenta Fernández de la Vega la que matizara el anuncio y dijera que era sólo una "reflexión" de la ministra de Cultura. A partir de entonces, el recurso de la "reflexión" fue tan utilizado que el presidente Zapatero tuvo que reconocer que su Gobierno se encontraba bastante cómo en el "arte de rectificar".
 
También fueron muy recordadas las palabras de Calvo cuando justificó los malos resultados del cine español diciendo que los espectadores prefieren "a veces" un cine (en referencia al estadounidense) que sólo les lleve "al relax, la diversión y al entretenimiento" frente al cine "propositivo" europeo. O cuando explicó que su Ministerio pretendía aplicar  "criterios de excepcionalidad" en el sector editorial porque "los libros no pueden estar en el mercado como si fueran zapatos, ni entrar en competición de precios". En contra de todos los consejos realizados por la Organización Mundial del Comercio en cuanto a liberalización de los mercados, Calvo aseguró que el libro no puede ser liberalizado porque no es un "producto puro y duro".
 
Pero han sido sus deslices con el diccionario los más comentados en los medios. Memorable fue el artículo de Alfonso Ussía comentando las palabras de la ex consejera andaluza que, en su primera visita a Mallorca, anunció a la concurrencia que ella había sido "cocinera antes que fraila".
 
 
Sin duda alguna, lo que será difícil de olvidar será la intervención de Carmen Calvo en la sesión del Senado el pasado mes de febrero de 2005. Entonces, la ministra fue interrogada por el senador popular Juan Van-Halen Acedo acerca de las medidas previstas por el Ejecutivo para frenar la crisis en el cine español que perdió muchos espectadores mientras gobernaba el PP, "periodo negro, Calvo dixit", según palabras de Van Halen.
 
La ministra, en su turno de réplica, se mostró ofendida por no haber sido llamada "su señoría", según la fórmula habitual, e increpó al senador diciendo que para ella, él "nunca será Van Halen Dixi ni Pixi; será su señoría" (en referencia a los famosos ratones de los dibujos animados Pixie y Dixie). Calvo explicó que no iba a contestar a las "alusiones pretendidamente ingeniosas acerca de las personas, en este caso mi persona", que las calificó como "temas tangenciales" de los que no iba a hablar.
 
La ministra de Cultura también quiso defender a los "creadores y artistas" que hacen cine en España, y dijo que, al tacharlos el senador popular de "pancarteros" " sí denota usted lo de la viga en el ojo ajeno ". Carmen Calvo quiso insistir en que la palabra "crisis" estaba utilizada más bien en el sentido de "tránsito, de transformación", y acusó al PP de no haber protegido el cine español lo suficiente, y de no haber velado por que se respetara la cuota de pantalla.

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