L D (EFE) Los ultras rompieron una de las vallas de acceso a los campos del Cerro del Espina y se acercaron hacia los futbolistas, que estaban realizando estiramientos, para insultarles e incluso amenazar a algunos de ellos, como al preparador de porteros, Miguel Bastón.
El grupo de seguidores radicales llegó en los últimos minutos de la sesión, en la que se situaron fuera del recinto para dirigir numerosos insultos a los futbolistas y al técnico César Ferrando. Luego se trasladaron hacia una de las vallas de acceso al campo de entrenamiento. En ese momento, y con varias patadas, rompieron la puerta, algunos de ellos se comenzaron a tapar la cara con pasamontañas y pañuelos y se dirigieron hacia el campo donde se ejercitaban los jugadores, a los que se fueron acercando hasta situarse a escasos metros de ellos.
Ahí iniciaron de nuevo sus constantes insultos hacia la plantilla rojiblanca, en unos minutos de enorme tensión en la Ciudad Deportiva de la localidad madrileña de Majadahonda, ante la actitud violenta del grupo de unos veinte ultras. Algunos futbolistas intentaron calmar a los exaltados ultras, pero recibieron como respuesta nuevos insultos muy subidos de tono e incluso Miguel Bastón fue amenazado violentamente y de forma reiterada.
La plantilla rojiblanca abandonó el terreno de juego y se dirigió hacia los vestuarios posteriormente, mientras el grupo de ultras abandonaba, por la puerta que había derribado anteriormente, las instalaciones deportivas. La Guardia Civil y la Policía Local llegaron posteriormente al Cerro del Espino y montaron un dispositivo para proteger la salida de la plantilla rojiblanca y medios de comunicación de las instalaciones.
El grupo de seguidores radicales llegó en los últimos minutos de la sesión, en la que se situaron fuera del recinto para dirigir numerosos insultos a los futbolistas y al técnico César Ferrando. Luego se trasladaron hacia una de las vallas de acceso al campo de entrenamiento. En ese momento, y con varias patadas, rompieron la puerta, algunos de ellos se comenzaron a tapar la cara con pasamontañas y pañuelos y se dirigieron hacia el campo donde se ejercitaban los jugadores, a los que se fueron acercando hasta situarse a escasos metros de ellos.
Ahí iniciaron de nuevo sus constantes insultos hacia la plantilla rojiblanca, en unos minutos de enorme tensión en la Ciudad Deportiva de la localidad madrileña de Majadahonda, ante la actitud violenta del grupo de unos veinte ultras. Algunos futbolistas intentaron calmar a los exaltados ultras, pero recibieron como respuesta nuevos insultos muy subidos de tono e incluso Miguel Bastón fue amenazado violentamente y de forma reiterada.La plantilla rojiblanca abandonó el terreno de juego y se dirigió hacia los vestuarios posteriormente, mientras el grupo de ultras abandonaba, por la puerta que había derribado anteriormente, las instalaciones deportivas. La Guardia Civil y la Policía Local llegaron posteriormente al Cerro del Espino y montaron un dispositivo para proteger la salida de la plantilla rojiblanca y medios de comunicación de las instalaciones.