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Explota una bomba junto a la casa de un empresario guipuzcoano de Zarauz y otra es desactivada

Por segunda semana consecutiva, y cuando el Gobierno ya ha puesto sobre la mesa su oferta de negociación con ETA, la banda terrorista mantiene la presión en forma de bomba sobre los empresarios vascos. En la madrugada de este domingo hizo explotar un artefacto colocado junto a la vivienda de un industrial de Zarauz. No se han registrado daños personales aunque sí de carácter material. Poco antes, también en esta localidad guipuzcoana, agentes de la Ertzaintza desactivaron otra bomba compuesta por unos dos kilos de cloratita y similar a las cuatro que estallaron el pasado domingo en otras tantas empresas de Guipúzcoa.

Por segunda semana consecutiva, y cuando el Gobierno ya ha puesto sobre la mesa su oferta de negociación con ETA, la banda terrorista mantiene la presión en forma de bomba sobre los empresarios vascos. En la madrugada de este domingo hizo explotar un artefacto colocado junto a la vivienda de un industrial de Zarauz. No se han registrado daños personales aunque sí de carácter material. Poco antes, también en esta localidad guipuzcoana, agentes de la Ertzaintza desactivaron otra bomba compuesta por unos dos kilos de cloratita y similar a las cuatro que estallaron el pasado domingo en otras tantas empresas de Guipúzcoa.

L D (EFE) La bomba que hizo explosión sobre las cinco de la mañana había sido colocada en un muro contiguo a la vivienda de un empresario en la calle Lapurdi de Zarauz (Guipúzcoa). La detonación, sin previo aviso, causó daños en el muro que separa la vivienda de las vías del tren y, tras ello, la familia del empresario fue evacuada de su domicilio sin que nadie resultara herido.

El atentado iba dirigido contra el propietario de la empresa "Gráficas Otzarreta". La bomba, como confirmaron posteriormente fuentes del departamento de Interior del Gobierno vasco, contenía unos dos kilos de cloratita, un temporizador y un detonador.

Este era el segundo artefacto en Zarauz colocado esta madrugada, ya que la Unidad de Explosivos de la Ertzaintza había desactivado poco antes otra bomba en el parque Muntxo, en las cercanías de un restaurante ubicado a las afueras de la localidad guipuzcoana. Alrededor de las tres de la madrugada, un particular alertó a la Ertzaintza de la presencia de una caja sospechosa.

Al parecer, el explosivo se encontraba junto a un banco y el comunicante le había dado una patada, lo que causó la apertura de la caja, tras lo que se escuchó un pequeño zumbido en su interior. Tras el aviso, la Ertzaintza acordonó la zona y, después de examinar el artefacto, logró desactivarlo.

Se trataba de una bomba que también estaba compuesta por dos kilos de cloratita, un temporizador y un detonador, todo ello reforzado con explosivo plástico. El artefacto estaba programado para que hiciera explosión sobre las cinco y media de la madrugada.

Las dos bombas eran similares a las que ETA hizo estallar la pasada semana en cuatro empresas de Guipúzcoa. Para su composición, los terroristas podrían haber utilizado parte de las cuatro toneladas del material para fabricar explosivos que robaron hace un mes en Francia.

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