L D (Agencias) El PP solicitó el cambio del orden del día del pleno de este miércoles para incluir la nueva pregunta que el diputado Jorge Fernández iba a dirigir a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Fernández de la Vega. El voto en contra de Esquerra y de Izquierda Unida ha impedido la unanimidad necesaria para modificar el orden de las preguntas fijado desde el pasado viernes. La pregunta se refería a la negativa de Carod Rovira a participar junto al presidente de la Generalidad, Pasqual Maragall, en un homenaje al primer ministro de Israel, Isaac Rabin, celebrado el pasado jueves al no estar presente en el acto la enseña catalana y ondear únicamente la española al lado de la israelí.
El portavoz de ERC, Joan Tardá, justificó la postura de su grupo en que la pretensión del PP con su pregunta era "criminalizar" a la formación republicana, intentar "boicotear" su relación con el Gobierno y "explotar demagógicamente" el comportamiento de Carod Rovira, que definió como "un desliz" y una "ingenuidad". Tardá, en rueda de prensa, censuró la táctica del PP de tensar "la vida política del Estado utilizando a los catalanes, a los independentistas y a Carod Rovira". "No contribuiremos a convertir la anécdota en categoría", dijo Tardá, quien opinó que la polémica sobre el viaje a Israel debería dilucidarse en el Parlamento de Cataluña y no en el Congreso.
El portavoz del PP, Eduardo Zaplana, en una rueda de prensa anterior, censuró el veto de ERC y le advirtió, al igual que a IU-ICV, que a partir de ahora, su grupo no tolerará sus peticiones para alterar el orden del día de los plenos, en especial, en lo que respecta a los proposiciones de ley. "Ya está bien de la utilización de esta casa por parte de los grupos minoritarios", dijo Zaplana, quien consideró justificado el que su grupo se hubiera "rebelado" al no haber "criterios de reciprocidad" por parte de otras formaciones.
La "tomadura de pelo" de Moratinos
Además, Zaplana ha anunciado que su grupo pedirá la comparecencia urgente del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que le echó las culpas a un error de floristería por considerar "vergonzoso" y una "tomadura de pelo" las explicaciones que el lunes ofreció achacando la culpa de lo sucedido a la floristería que puso de las cintas. "Es grotesco –resaltó—. Podía haber buscado una excusa más imaginativa".
Por otra parte, Zaplana se preguntó "qué pinta" Josep Lluís Carod-Rovira, líder de ERC, en un viaje institucional de la Generalidad, y apuntó que deberían dar alguna explicación sobre "en calidad de qué" realizó ese viaje. En su opinión, se dedicó a "ofender a España y a todos los católicos". "Cuando no es Carod-Rovira, es Maragall. Es el lío permanente", señaló.
El jefe de la Diplomacia apuntó que, en este caso, hubo "una serie de incidentes no voluntarios, errores de floristería y de organización"."Fue un error de un funcionario. Por lo tanto, consideramos que no ha habido intencionalidad política. Es simplemente una mala gestión y mala organización por parte de algunos funcionarios de la embajada", insistió el jefe de la Diplomacia española. El informe redactado por la legación española en Israel será sometido ahora a análisis por parte del Gobierno y, "rápidamente", se hará público.
Esquerra y la ministra de Cultura culpan a Maragall del incidente de la corona de espinas
Mientras tanto, el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Ridao, ha lamentado las "reacciones desproporcionadas y fuera de lugar" que, en su opinión se han producido tras el viaje de Israel de Maragall y Carod. Asimismo ha atribuido al entorno del PP "y a su caterva de medios de comunicación" el origen de dichas reacciones "desmedidas", pero también ha considerado que han tenido mucho que ver con ellas "los sectores más reaccionarios de la Iglesia española".
Según Ridao, la polémica no tiene ninguna trascendencia política y para su grupo "ya está cerrada", aunque el grupo de ERC ha recomendado a los dirigentes del Tripartito que "extremen las precauciones de cara al futuro para evitar que algunos gestos puedan ser usados en su contra".
Respecto a la foto que Maragall hizo a Carod y a Castells (PSC) tras colocar en la cabeza de ambos una corona de espinas vendida como "souvenir", Ridao ha recordado que el líder republicano ya ha precisado que fue un gesto espontáneo sin ninguna intención de ofender a nadie, y que el incidente quedó zanjado con las disculpas que ayer presentó Maragall ante el arzobispo de Barcelona. A su juicio, no hay motivo para que Carod haga una disculpa similar a la del presidente de la Generalidad, toda vez que no ocupa un cargo institucional y "fue Maragall quien propició este hecho".
En la misma línea se ha manifestado la ministra de Cultura, Carmen Calvo, que ha declarado que no quiere dar "un tirón de orejas" ni a Carod ni a Maragall, pero ambos pero señaló que "nadie puede jugar irónicamente con símbolos que representan mucho para los demás". "Eso es siempre así y mucho más para un cargo público. Hay que estar a la altura de este honor tan grande. Creo sinceramente que el presidente Maragall no debería haber hecho esto por respeto a lo que esa corona representa para otros", insistió.