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Blair inicia una campaña diplomática para frenar el proceso de ratificación del Tratado

El proceso de ratificación del Tratado constitucional podría tener sus días contados. Según publica este viernes Financial Times, el primer ministro británico, Tony Blair, que en julio asumirá la presidencia de turno de la UE, ha iniciado una ofensiva diplomática para suspender los referendos y frenar el proceso de ratificación del Tratado constitucional, opinión que según el diario británico comparten varios miembros de la Comisión europea. Además, varios sondeos publicados en Luxemburgo, Dinamarca y República Checa reflejan un repunte de los partidarios del  "no" al Tratado.

El proceso de ratificación del Tratado constitucional podría tener sus días contados. Según publica este viernes Financial Times, el primer ministro británico, Tony Blair, que en julio asumirá la presidencia de turno de la UE, ha iniciado una ofensiva diplomática para suspender los referendos y frenar el proceso de ratificación del Tratado constitucional, opinión que según el diario británico comparten varios miembros de la Comisión europea. Además, varios sondeos publicados en Luxemburgo, Dinamarca y República Checa reflejan un repunte de los partidarios del  "no" al Tratado.
L D (EFE) Ante la incertidumbre generada por el triunfo del "no" en Francia y Holanda, la atención se centra en el Gobierno de Tony Blair, quien presidirá la UE en el segundo semestre de este año y que, en caso de suspender el referéndum británico, anunciado para 2006, podría provocar un efecto dominó en los Estados que aún no se han pronunciado. Londres aún no ha desvelado sus planes oficialmente, pero según publica este viernes el diario británico Financial Times, habría emprendido ya una campaña de persuasión en las capitales europeas para promover la suspensión del proceso.
 
Financial Times afirma asimismo que las dudas sobre la continuidad de la ratificación alcanzan también el seno de la propia Comisión Europea. Así, en el debate interno que el presidente Barroso promovió el pasado miércoles para analizar los efectos del "no" francés y del entonces previsible "no" holandés, varios comisarios sugirieron parar el proceso para evitar que una avalancha de "noes" dañe a largo plazo el proyecto europeo. El laborista británico Peter Mandelson, responsable de Comercio, habría abogado por "pulsar el botón de pausa" ya que la prioridad debe ser "la supervivencia y la reactivación" del sueño europeo. Su colega de Industria, el socialista alemán Gunter Verheuguen, habría alertado por su parte del riesgo de que Europa afronte "dos años de incertidumbre si continuamos con los referendos" y señalado que el peso de los votos contra la Constitución podría desbaratar la agenda de reformas económicas proyectadas por la Unión.

Mientras, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, el socialista español Joaquín Almunia, habría defendido que "ha llegado la hora de preparar un plan B". La portavoz del Ejecutivo comunitario, Francoise Le Bail, no confirmó ni desmintió la veracidad de estas declaraciones, aunque reconoció que Durao Barroso, había promovido un intercambio de opiniones entre sus comisarios. "Lo que puedo decir es que a la hora actual es importante que todo el mundo mantenga la calma", añadió Le Bail, al ser preguntada por las declaraciones del ministro italiano de Trabajo y Asuntos Sociales, Roberto Maroni, quien ha abogado incluso por que Italia rompa la unión monetaria y vuelva a la lira. Mientras, los mandatarios enfrentan un maratón de contactos diplomáticos para decidir qué hacer.

Por su parte, el presidente de turno de la UE, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, prosiguió este viernes su ronda de encuentros preparatorios de la cumbre, recibiendo a los mandatarios de Letonia, Estonia y Chipre. El canciller alemán, Gerhard Schroeder, ya se entrevistó este jueves con Juncker, y prevé cenar mañana en Berlín con el presidente francés, Jacques Chirac, con quien volverá a verse el próximo día 10 en París, antes de recibir, el 13 de junio en Berlín, a Tony Blair. En todas las reuniones se abordará la crisis surgida tras el "no" de Francia y Holanda y se buscarán vías para llegar a un consenso en el debate sobre el próximo marco financiero de la UE.
 
Los sondeos indican una subida generalizada del "no"
 
Tras el rechazo de Francia y Holanda, los sondeos indican que, por primera vez, el "no" gana adeptos en Luxemburgo, y en Dinamarca hasta cuatro encuestas recogen una mayoría contraria a la ratificación del Tratado. Asimismo el temor a otro probable resultado negativo ha hecho que en Irlanda se planteen no celebrar el referéndum previsto.
 
Juncker, reiteró este viernes que dimitirá si los ciudadanos de su país rechazan la "Carta Magna" en el referéndum que se celebrará, como estaba previsto, el próximo 10 de julio. Según los últimos sondeos, la población luxemburguesa, de firme tradición europeísta, sigue siendo mayoritariamente favorable a la Constitución, si bien los partidarios del "no" están ganando terreno. El efecto de arrastre de los "noes" francés y holandés es aun más palpable en Dinamarca, donde cuatro sondeos hechos públicos este viernes coinciden en que los detractores del Tratado superan por primera vez a sus defensores.

Tras Luxemburgo, Dinamarca sería el siguiente Estado miembro que sometería a consulta popular el texto constitucional, en un referéndum previsto para el próximo día 27 de septiembre, fecha confirmada este jueves por el primer ministro, Anders Fogh Rasmussen, "siempre que el proyecto siga adelante".
 
En la República Checa, según se desprende de un sondeo demoscópico hecho público este viernes por el instituto Factum Invenio, el 33,7 por ciento de los checos se manifiesta en contra del Tratado, un 31,5 por ciento está en pro de la misma y un 34,8 por ciento se muestra indeciso, mientras que a mediados del pasado mes de mayo los sondeos indicaban aún que el 51 por ciento estaba a favor.

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