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La comunicación entre los efectivos y una mayor formación pudieron haber evitado la tragedia de Guadalajara

Un profesor de la Universidad de Coimbra dijo este jueves ante la comisión del incendio de Guadalajara que el retén siniestrado debería haber sido advertido por los medios aéreos del "violento" comportamiento del fuego en la zona en la que se encontraba. "La falta de comunicación pudo haber sido uno de los grandes fallos", señaló el profesor, quien también reclamó más formación para los trabajadores en el último día de comparecencias ante la comisión que investiga los hechos.

Un profesor de la Universidad de Coimbra dijo este jueves ante la comisión del incendio de Guadalajara que el retén siniestrado debería haber sido advertido por los medios aéreos del "violento" comportamiento del fuego en la zona en la que se encontraba. "La falta de comunicación pudo haber sido uno de los grandes fallos", señaló el profesor, quien también reclamó más formación para los trabajadores en el último día de comparecencias ante la comisión que investiga los hechos.
L D (EFE) Xavier Viegas, miembro del departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Coimbra, mostró fotografías de la zona donde ocurrió el siniestro, varias tomadas hora y media antes de que el fuego matase a los trabajadores. En esas imágenes, dijo, se demuestra que había al menos dos medios aéreos y se aprecia el comportamiento "violento" del fuego, sometido a fenómenos que definió como "erupciones volcánicas", puesto que recorre a gran velocidad terrenos abruptos.

Según su estudio, el retén se encontraba en una zona elevada a 500 metros del fuego cuando se produjo una erupción en el barranco y carecían de visibilidad sobre el fondo del desfiladero, por lo que los pilotos de los helicópteros tendrían que haberles advertido del peligro. "La falta de comunicación pudo haber sido uno de los grandes fallos", indicó.

El experto relató que cuando el retén atacaba el fuego se produjo una primera erupción, y "un mar de llamas" ascendió por la cuesta, por lo que los doce trabajadores comenzaron la huida por la salida que el coordinador, Pedro Almansilla, había determinado previamente. Sin embargo, en un período de tiempo muy corto y sin dejarles tiempo para reaccionar, tuvo lugar una segunda erupción en el lugar hacia el que se dirigían, lo que acabó con la vida de once de ellos.

Viegas expuso que el único superviviente, Jesús Abad, fue quien se retrasó en la huida y no salió de la zona en la que se encontraban los trabajadores, por lo que planteó la posibilidad de que si el resto del retén hubiese permanecido allí podría haber salvado la vida. No obstante, dejó claro que los trabajadores no pudieron pararse a pensar en cuál era la mejor posibilidad.

El experto sostuvo que este tipo de erupciones son muy frecuentes en los incendios y apuntó que él mismo ha visto a bomberos trabajar en Portugal en lugares más complicados sin que pasara nada. Por ello, dijo, es necesario que los trabajadores que luchan contra el fuego reciban una mejor formación sobre una serie de normas básicas, puesto que en la mayoría de los accidentes con fallecidos se incumple alguna de ellas. Viegas se declaró partidario de impedir a los agentes medioambientales entrar en zonas de riesgo, política que, según dijo, se aplica en Estados Unidos.
La zona era "el polvorín de Guadalajara"

Otros comparecientes participaron este jueves en la última jornada de la comisión. El director del Parque Natural del Alto Tajo, Rafael Ruiz, aseguró que desde la década de los ochenta no se había producido ningún conato de incendio en las 21 áreas recreativas del Parque, incluida la de Riba de Saelices, donde prendió el fuego. Ruiz recalcó que el área recreativa tenía la calificación de "baja probabilidad de incendio", porque las ocho barbacoas están ubicadas en una zona desarbolada a más de siete metros del cultivo colindante y junto a un punto de agua.

También compareció hoy el vicepresidente del Consorcio de la Diputación de Guadalajara, José Antonio Herranz, quien manifestó que "todos sabíamos que la zona del incendio era el polvorín de Guadalajara" y dijo que si el viento no se hubiese calmado el fuego habría llegado hasta la sierra de Albarracín (Teruel).

Herranz reiteró que el fuego era "intratable", una "verdadera catástrofe natural", por lo que haber intentado atacar el frente principal habría sido como "intentar tirar un rascacielos con una escoba".

Por su parte, la concejala del municipio de Cobeta Belén Pontero definió el fuego como "un monstruo que estaba dormido y que se despertó en las peores condiciones posibles", y reclamó la puesta en marcha de medidas necesarias que impidan que vuelva a ocurrir algo similar.

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