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De la Vega no consigue explicar su anuncio de acuerdo con Marruecos para "repatriar" subsaharianos

Tras reunirse con Imbroda y Vivas, De la Vega anunció que se ha "activado" el convenio firmado con Marruecos en 1992 para repatriar inmigrantes subsaharianos. Prácticamente todos los periodistas le hicieron la misma pregunta. ¿Los que ya están aquí?, ¿los que la policía detiene en la frontera?, ¿los que ya tienen abierto expediente? De la Vega no fue capaz de explicarlo. Alonso, en el Congreso, tampoco. La vicepresidenta partió hacia Melilla nada más concluir su intervención porque "si se hace de noche voy a llegar tarde".

Tras reunirse con Imbroda y Vivas, De la Vega anunció que se ha "activado" el convenio firmado con Marruecos en 1992 para repatriar inmigrantes subsaharianos. Prácticamente todos los periodistas le hicieron la misma pregunta. ¿Los que ya están aquí?, ¿los que la policía detiene en la frontera?, ¿los que ya tienen abierto expediente? De la Vega no fue capaz de explicarlo. Alonso, en el Congreso, tampoco. La vicepresidenta partió hacia Melilla nada más concluir su intervención porque "si se hace de noche voy a llegar tarde".
(Libertad Digital) “Perdone, debe ser culpa mía, pero no me queda claro”, decía el ya enésimo periodista que le pedía a la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que explicara en qué consiste exactamente ese convenio. La rueda de prensa finalizó, ante la desesperación de los redactores, sin ninguna respuesta clara.
 
Estamos trabajando con Marruecos y es posible que mañana se pueda producir una repatriación de inmigrantes ilegales extraordinaria. En los próximos días se va a activar un convenio firmado en 1992 que hasta ahora nunca se ha aplicado”. Ahí quedó. Ese convenio recoge la readmisión en Marruecos de nacionales de terceros países que hubieran entrado ilegalmente en España y siempre que quede probado que procedían del territorio marroquí.
 
A preguntas de los periodistas, la vicepresidenta desveló que “esto incluye a personas que han entrado”, pero añadió “a ver cómo se concreta el acuerdo” para insistir en una nueva pregunta, “son susaharianos que ya están aquí y los próximos días va a haber una actuación en ese sentido”.
 
Preguntada por si se va a expulsar a los inmigrantes inmediatamente después de que salten la valla, como piden Ceuta y Melilla, De la Vega volvió a liarse. Habría que reformar la Ley de Extranjería para “devolver en frontera. Compartimos el objetivo para devolver en tierra de nadie” pero “no he hablado de reformas, estamos trabajando en ese objetivo”, para que la “devolución de personas se pueda producir”. Pero admitió que “una vez has entrado en territorio” se abre un expediente que impide su inmediata expulsión. Las dudas quedaron en el aire. Si no se pude devolver a los que ya están aquí porque lo impide la Ley de Extranjería y tampoco a los que están saltando la valla, ¿a quién se va a devolver?
 
Luego llegó la tercera valla. A la vicepresidenta no le gusta la palabra “valla” y aclaró que lo que se va a poner en Melilla es una “sirga tridimensional que sustituye a la concertina” para proteger la integridad física de los inmigrantes para mejorar la “eficacia y la seguridad”.

En el Congreso, el ministro del Interior, José Antonio Alonso, se explicó mejor. “El Gobierno está ultimando la activación de las adaptaciones específicas referidas a la asunción de estos inmigrantes por parte de Marruecos, lo que supone la activación del convenio de 1992 de repatriación inmediata”. En cuanto a la tercera valla, Alonso dijo que "no constituye una tercera valla", indicó el ministro, sino que se trata de una redefinición del sistema de vallado que permita "más seguridad" para los inmigrantes y "más eficacia" desde el punto de vista del impedimento de acceder a territorio nacional.

Y una vez en Melilla, la vicepresidenta dijo que el Gobierno "garantizará la seguridad de todas nuestras fronteras" y que lo hará "respetando la legalidad y prestando la atención humanitaria a aquellos que huyen del hambre y la miseria". De la Vega llegaba a la ciudad autónoma hacia las once de la noche en un avión militar al aeropuerto de Melilla acompañada de la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, y del subdirector general de Operaciones de la Guardia Civil, general García Varela.

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