(Libertad Digital) En su conferencia titulada "España y su Futuro", Zaplana ha planteado las dos cuestiones básicas que, a su juicio, son necesarias para recuperar la estabilidad institucional y en defensa de los intereses generales: "Alcanzar una configuración definitiva del Estado" y "una revisión de la ley electoral".
El grueso de su intervención, estuvo dedicado a hacer un repaso de la gestión del Gobierno socialista y en especial del presidente Zapatero del que dijo que su "esencia política es la ruptura con nuestra transición". Zaplana dijo que "los españoles asisten con decepción a la reapertura de heridas", ya cerradas en la Transición, que atribuyó al "deseo de Zapatero de buscar legitimación en un pasado remoto, muy anterior al Pacto Constitucional".
En referencia a la actitud de Zapatero, favorable a que los terroristas de Batasuna-ETA celebren su Congreso el próximo sábado, Zaplana remarcó que el presidente "no sólo está rompiendo consensos elementales de la transición. Ha roto también con el pasado más próximo". Y añadió que Zapatero "en los últimos dos años ha pasado de proponer pactos de Estado en la oposición a alentar pactos contra el Estado Constitucional". Zaplana recordó la evolución de Zapatero respecto a la Ley de Partidos: "Hace tres años aplaudió en pie su aprobación en el Congreso. Ahora justifica su desobediencia confirmando los temores de muchos de que se está negociando con la banda".
Zaplana ha glosado las actitudes de Zapatero, en relación con el congreso de Batasuna-ETA, definiéndolo como un presidente del Gobierno que "ha convertido el Estado de derecho en un Estado de arbitrariedad. Derriba la separación de poderes y hace del cumplimiento de la Ley un instrumento de la conveniencia política. No se siente obligado por la Constitución y que interpreta la Ley de forma discrecional".
Estatuto de Cataluña
Las polémicas declaraciones del General Mena Aguado, que Zaplana consideró "intolerables", son un ejemplo para el portavoz popular de cómo el "sectarismo" del Gobierno "ha logrado igualmente activar algunos resortes que generan inquietud en la gente".
Sobre la cuestión territorial, Zaplana dijo que "para sus socios Zapatero es una oportunidad de oro" porque "su nostalgia de un pasado republicano idealizado y su debilidad política son un campo abonado para que las minorías nacionalistas marquen la agenda del Gobierno como nunca había ocurrido en la historia, ni siquiera en la propia República".
Por eso ha apoyado, según Zaplana, un "atentado contra la libertad" como el nuevo Estatuto de Cataluña., que definió como un "auténtico proyecto de ingeniería contra los ciudadanos y contra su derecho fundamental a elegir libremente bienes tan elementales como la información, la educación o la lengua". La postura del PP respecto al Estatuto es para su portavoz parlamentario muy clara: "No estamos dispuestos a que se cambie la Carta Magna por una pseudo-constitución que, bajo los efluvios del incienso nacionalista, esquilme los derechos y libertades de los ciudadanos, y muy especialmente de los catalanes".
También criticó las negociaciones que están llevando a cabo los socialistas con los representantes del "cuatripartito" porque "negociar, como se está haciendo, a espaldas del otro partido mayoritario de ámbito nacional es sin duda una falta de lealtad al espíritu del Pacto Constitucional y, desde luego, es una atribución para la que no se eligió a este Gobierno".
En relación con la OPA de Gas Natural sobre Endesa, se declaró partidario de "imponer límites a las cuotas de mercado en ciertos sectores particularmente sensibles para el consumidor". Y recordó que cuando los populares tuvieron responsabilidades de Gobierno "no hemos apadrinado una OPA política en el sector energético que choca frontalmente con el interés general de todos los consumidores , tomando parte y politizándola sin el más mínimo rubor y con el mayor descaro".
"¡Nada de lo que se sabe del 11-M se lo debemos al actual Gobierno!"
Las crecientes incógnitas que rodean a la masacre del 11-M también estuvieron presentes en el discurso de Zaplana que recordó que "El voto del 14 de marzo de 2004, desgraciadamente, no fue un voto optimista. Fue un voto en unas circunstancias muy especiales. Unas circunstancias que sin restar legitimidad alguna a los resultados, nadie a día de hoy puede negar que lograran alterarlos".
Dejó claro que la actitud del PP, a favor de continuar con la investigación de los atentados no se debe a que los populares tengan una "herida abierta", lo que atribuyó a "una estrategia de comunicación para que no insistamos en el esclarecimiento de la verdad". Precisamente la búsqueda de la verdad es, a juicio de Zaplana, "algo que debía haber afrontado el Gobierno a la hora de investigar el mayor atentado de nuestra historia y que descaradamente no hace".
El dirigente del PP concluyó sus referencias a los atentados con una elocuente exclamación: "¡Nada de lo que se sabe sobre el 11-M se lo debemos al actual Gobierno!"
Reformar la Ley electoral
Para Zaplana es necesario "acabar con la sensación de provisionalidad" de España para lo que abogó por modificar la Ley electoral para evitar que los intereses de los partidos nacionalistas se impongan a los intereses generales. "Cualquier reforma en este sentido tiene que cumplir al menos dos requisitos: el consenso al menos de los dos grandes partidos de ámbito nacional; y perseguir el objetivo de acabar con la España provisional a la que nos aboca a la perversión del actual sistema", señaló.
El portavoz del PP propuso "alcanzar una configuración definitiva del Estado que algunos creíamos ya tener", para lo que cree necesario "dotarlo de una estructura competencial y de una financiación que no estén al albur de coyunturas políticas y que garanticen la existencia de un Estado viable".