LD (Agencias) Tal y como estaba previsto, la reforma fiscal socialista, presentada este viernes por el vicepresidente, Pedro Solbes, se ha quedado muy lejos de lo que se había anunciado en los medios de comunicación desde la campaña electoral. Finalmente, no habrá un tramo único sino cuatro tramos en lugar de los cinco actuales. El tipo marginal máximo se reducirá dos puntos, hasta el 43 por ciento, mientras que el mínimo del 15 por ciento desaparece.
Por lo que se refiere al mínimo exento, ahora fijado en 3.500 euros, se elevará hasta 4.000 (500 más) para rentas inferiores a 9.000 euros anuales. Para rentas a partir de 13.000 el mínimo exento será de 3.700 (200 más). Para las rentas de entre 9.000 y 13.000 euros anuales, se aplicará una escapa progresiva con aumentos sobre los 3.500 actuales, que disminuyen desde los 500 euros para el primer nivel de renta hasta 200 euros hasta los 13.000. No obstante, el mínimo exento podría elevarse hasta 9.000 euros para rentas de hasta dicha cantidad, y en función de circunstancias personales.
Tipos con mayor recorrido
Si bien el tipo mínimo desaparece, el resto de los tipos marginales medios (del 24, 28 y 37 por ciento) se mantienen. Pero tendrán un mayor recorrido, por lo que se necesitará una mayor renta para tributar por tipos más altos. En consecuencia, el tipo medio efectivo se reduce. La mitad de los españoles pagará de hecho un tipo marginal único del 24 por ciento.
El anteproyecto, que ya ha sido enviado a las comunidades autónomas para que lo analicen, incluye una rebaja gradual de 5 puntos en el Impuesto de Sociedades, que tendrá lugar entre los años 2007 y 2011, tanto en el tipo general –que pasará del 35 al 30 por ciento– como en el de las pymes, que lo hará del 30 al 25 por ciento.
El anteproyecto, que ya ha sido enviado a las comunidades autónomas para que lo analicen, incluye una rebaja gradual de 5 puntos en el Impuesto de Sociedades, que tendrá lugar entre los años 2007 y 2011, tanto en el tipo general –que pasará del 35 al 30 por ciento– como en el de las pymes, que lo hará del 30 al 25 por ciento.
Tipo único del 18 para el ahorro
La reforma también incluye la tributación a un tipo único del 18 por ciento de todos los instrumentos de ahorro. Así, este tipo único se aplicará tanto a incrementos patrimoniales como a depósitos bancarios –fórmula más utilizada por las rentas medias y bajas–, libretas de ahorro, seguros y dividendos. Actualmente, los productos de ahorro tributan al tipo que le corresponde al contribuyente.
Otra de las novedades de la reforma consiste en dar el mismo tratamiento al mínimo vital del contribuyente independientemente de su nivel de renta, mientras que se incrementan las cuantías de los mínimos personales y familiares. Así, el mínimo personal aumenta de 3.400 a 5.050 euros, mientras que los mínimos por hijo se incrementan entre el 20 y el 30 por ciento. De esta manera, la deducción por el primer hijo pasa de 1.400 a 1.800 euros; la del segundo, de 1.500 a 2.000; la del tercero, de 2.200 a 2.700 y la del cuarto de 2.300 a 2.800.
La deducción por menores de 3 años aumenta doscientos euros y se establece en 1.400, en tanto que las de mayores de 65 y 75 años se incrementan en 100 euros y se sitúan en 900 y 1.100, respectivamente. La deducción por discapacidad superior al 33 por ciento aumenta en 270 euros hasta los 2.270, y las mayores del 65 por ciento crecen en 1.900 euros, hasta los 6.900.
Otra de las novedades de la reforma consiste en dar el mismo tratamiento al mínimo vital del contribuyente independientemente de su nivel de renta, mientras que se incrementan las cuantías de los mínimos personales y familiares. Así, el mínimo personal aumenta de 3.400 a 5.050 euros, mientras que los mínimos por hijo se incrementan entre el 20 y el 30 por ciento. De esta manera, la deducción por el primer hijo pasa de 1.400 a 1.800 euros; la del segundo, de 1.500 a 2.000; la del tercero, de 2.200 a 2.700 y la del cuarto de 2.300 a 2.800.
La deducción por menores de 3 años aumenta doscientos euros y se establece en 1.400, en tanto que las de mayores de 65 y 75 años se incrementan en 100 euros y se sitúan en 900 y 1.100, respectivamente. La deducción por discapacidad superior al 33 por ciento aumenta en 270 euros hasta los 2.270, y las mayores del 65 por ciento crecen en 1.900 euros, hasta los 6.900.
Desgravación por ahorro
Además, el nuevo IRPF extenderá las ventajas fiscales que tienen los fondos y planes de pensiones a los productos ligados a la dependencia, con el fin de que envejecimiento y dependencia tengan el mismo tratamiento. De esta forma, se establecerá un único límite de 8.000 euros anuales para las aportaciones a fondos y planes de pensiones y productos vinculados a la dependencia, cifra que podrá incrementarse hasta los 24.250 euros en caso de discapacidad. Estas aportaciones no podrán superar el 30 por ciento de las rentas activas del contribuyente –las derivadas del trabajo o actividades empresariales–, porcentaje que se eleva hasta el 50 por ciento para los mayores de 52 años.
La desgravación por adquisición de vivienda no se modifica en este anteproyecto, que mantiene un porcentaje único de deducción, el 15 por ciento, sobre la base actual de 9.015 euros, y con una deducción anual máxima de 1.352 euros. Finalmente, la anunciada deducción para los inquilinos no se ha aprobado.
Según los cálculos del Ministerio de Economía, con esta reforma la rebaja media del IRPF para los contribuyentes será del seis por ciento, y para el sesenta por ciento de ellos supondrá un ahorro del 17 por ciento. Los impuestos, además, bajan para veinte millones de contribuyentes, el 99,5 por ciento del total, según el Gobierno, que asegura que los más beneficiados serán los que perciben rentas de trabajo medias y bajas. Solbes afirmó que este proyecto supondrá una pérdida de ingresos para el Estado de más de entre 4.000 y 5.000 millones de euros.
Además, el nuevo IRPF extenderá las ventajas fiscales que tienen los fondos y planes de pensiones a los productos ligados a la dependencia, con el fin de que envejecimiento y dependencia tengan el mismo tratamiento. De esta forma, se establecerá un único límite de 8.000 euros anuales para las aportaciones a fondos y planes de pensiones y productos vinculados a la dependencia, cifra que podrá incrementarse hasta los 24.250 euros en caso de discapacidad. Estas aportaciones no podrán superar el 30 por ciento de las rentas activas del contribuyente –las derivadas del trabajo o actividades empresariales–, porcentaje que se eleva hasta el 50 por ciento para los mayores de 52 años.
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Según los cálculos del Ministerio de Economía, con esta reforma la rebaja media del IRPF para los contribuyentes será del seis por ciento, y para el sesenta por ciento de ellos supondrá un ahorro del 17 por ciento. Los impuestos, además, bajan para veinte millones de contribuyentes, el 99,5 por ciento del total, según el Gobierno, que asegura que los más beneficiados serán los que perciben rentas de trabajo medias y bajas. Solbes afirmó que este proyecto supondrá una pérdida de ingresos para el Estado de más de entre 4.000 y 5.000 millones de euros.