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El PP se propone como el partido "joven" de la España constitucional, sin el lastre revolucionario del PSOE

El Partido Popular se define como un producto de la España democrática y constitucional nacida del acuerdo nacional de 1978, y subraya su "juventud" como un activo que, implícitamente, contrasta con el lastre del origen centenario, pre-democrático y marxista del PSOE. "Nos hemos hecho como partido al tiempo que nuestra democracia", destaca la ponencia ideológica de la Convención nacional que se inicia este viernes en Madrid. Gabriel Elorriaga y Sebastián González presentaron el programa y el formato de la Convención, con tres plenarios, 14 foros y seis resoluciones finales sobre ideas, terrorismo, modelo de Estado, Unión Europea, bienestar y economía.

(Libertad Digital / Víctor Gago) El compendio de ideas del Partido Popular tiene su eje en la idea del “centro reformista”. Por “centristas”, los populares entienden dar cabida a todos los españoles dispuestos a colaborar en “las reformas que nuestro país necesita”, a través de “la moderación y el diálogo”. Ser un reformista de centro es excluir “opciones radicales”.
 
Es tener a “la persona y la libertad” como centro, y “contribuir a la expansión de las libertades en un marco de convivencia presidido por la tolerancia, la moderación y el respeto”. Pero ser centrista en el PP del siglo XXI es, sobre todo, pertenecer a una organización “joven”, que nació y maduró al mismo ritmo que el sistema constitucional español de 1978. “De hecho”, subraya la ponencia ideológica, “confluyen bajo las siglas del actual PP las formaciones políticas que, desde el centro derecha, contribuyeron decisivamente a la elaboración y aprobación de nuestro texto constitucional: la UCD y AP”.
 
Los autores intelectuales de este desafiante matiz saben que el PSOE no puede competir con el PP en juventud ni en credenciales democráticas. Los populares, que celebran su convención nacional bajo el lema “Hay futuro”, son conscientes de que el futuro es el centro, y el pasado lo representa un PSOE lastrado por un legado revolucionario, radical y extensamente refutado por la experiencia histórica.
 
Claro que, el “centro”, es también el traje a medida para la confusión o la ambigüedad a la hora de poner límites al poder de los gobiernos. El PP, así, se declara defensor de una idea del buen gobierno como servicio y garantía de la libertad individual, aunque, acto seguido, postula un ideal de Estado eficaz y “no excesivamente intervencionista”, lo cual, gramatical y semánticamente equivale a decir que se defiende un Estado moderadamente intervencionista.
 
La idea de “igualdad” es igualmente imprecisa. “El PP defiende la España del progreso, de la libertad y la igualdad”, se dice en la ponencia, sin que se explique a qué tradición igualitaria se adscribe ese principio, si a la de raíz socialista, igualdad mediante la Ley, o la liberal, igualdad de oportunidades. El ideal de sociedad que viene a continuación, tampoco aclara la duda: “Una España del bienestar, respetuosa y defensora del medio ambiente y del crecimiento sostenible. El PP quiere para los españoles una sociedad abierta y con fortaleza para afrontar nuevos retos; una sociedad dinámica, que apuesta por la innovación, con capacidad de competir y desempeñar un papel protagonista en el concierto de las naciones del siglo XXI”.
 
La misión ideológica del partido es servir a los intereses generales de España por medio de políticas que tengan a la persona y la libertad como centro y desarrollen el compromiso de luchar contra la discriminación, los privilegios y la agresión a derechos individuales.
 
Tener a la persona y su libertad como centro es incompatible con el nacionalismo. “Los nacionalismos excluyentes han sido y son enemigos de la libertad. Y lo son porque anteponen sus proyectos de construcción nacional a los individuos”.
 
El PP se reconoce como un partido orgulloso de la tradición liberal española que nace en las Cortes de Cádiz y en la Constitución de 1812. La propuesta de resolución, elaborada bajo la dirección de Ángel Acebes, abre el PP a “españoles de muchas tendencias, pero nunca opciones radicales”. 
 
Más de 4.000 invitados y 1.000 periodistas de todo el mundo asistirán a la cita. Entre ellos, Nicolás Sarkozy, ministro frances de Interior y líder de la UMP (Unión por un Movimiento Popular)

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