L D (Europa Press) Tras no permitirles llegar hasta la puerta del Congreso, las dos integrantes de la AVT que portaban la corona de rosas blancas teñidas de rojo, para dar aspecto de estar ensangrentadas, tuvieron que apostarse corona en mano a unos 100 metros del Congreso, desde donde han mostrado su rechazo a la negociación del Ejecutivo con la banda terrorista ETA, como ya lo hicieran anoche durante la vigilia que la plataforma "Rosas Blancas por la Dignidad" protagonizó en el madrileño Paseo de Recoletos, cerca del Museo Thyssen.
En declaraciones a los periodistas, una de las dos mujeres que portaban la corona, Toñi Santiago, madre de una niña de seis años asesinada por ETA el 4 de agosto de 2002 en Santa Pola, dijo hoy tener las manos "manchadas de sangre", "una sangre que no le pertenece a Zapatero y con la que no puede negociar".
Junto a ella, su compañera mostraba su indignación por no poder llevar al Parlamento la corona de flores, en la que estaban pegadas fotografías de Irene Villa, del funeral del concejal José María Martín Carpena, asesinado por la banda el 15 de julio de 2000, y del rescate del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, que permaneció 532 días secuestrado por ETA.
Tres diputadas del PP bajaron a la zona donde se encontraban las dos integrantes de la AVT para portar ellas mismas la corona, pero la Policía les informó de que la imposibilidad de entrar en el cordón de seguridad con la corona de flores.