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La Audiencia Nacional rebaja las penas para seis terroristas callejeros por un cambio de criterio de la Fiscalía

Seis jóvenes acusados por ataques de terrorismo callejero han sido condenados a dos años de prisión después de que el fiscal de la Audiencia Nacional Ignacio Gordillo pasara de pedir 96 años a exigir sólo 24 meses de prisión. Para el séptimo, ha pedido un año de cárcel en vez de 16. La rebaja se ha hecho con el acuerdo de los imputados. Para justificarla, el fiscal ha considerado que se trataba de delitos de daños terroristas, que no supusieron peligro para las personas. Tampoco cree probado que ocultaran sus rostros con pasamontañas. El juicio coincide con el rebrote de los ataques en las calles vascas y la decisión de De Juana Chaos de abandonar su huelga de hambre.

Seis jóvenes acusados por ataques de terrorismo callejero han sido condenados a dos años de prisión después de que el fiscal de la Audiencia Nacional Ignacio Gordillo pasara de pedir 96 años a exigir sólo 24 meses de prisión. Para el séptimo, ha pedido un año de cárcel en vez de 16. La rebaja se ha hecho con el acuerdo de los imputados. Para justificarla, el fiscal ha considerado que se trataba de delitos de daños terroristas, que no supusieron peligro para las personas. Tampoco cree probado que ocultaran sus rostros con pasamontañas. El juicio coincide con el rebrote de los ataques en las calles vascas y la decisión de De Juana Chaos de abandonar su huelga de hambre.
L D (EFE) Además, para el séptimo acusado, el ministerio público cambió la petición de 16 años de prisión por la de un año, que será la que acuerde el tribunal en su sentencia condenatoria. Los acusados y sus letrados mostraron su conformidad con lo solicitado por el fiscal, quien pasó de considerar los hechos como constitutivos de delitos de estragos terroristas con la agravante de disfraz a un delito continuado de daños terroristas.
 

El fiscal Ignacio Gordillo pedía, en su escrito de conclusiones provisionales, 96 años de cárcel para Eñaut Garmendia, 80 para Aritz Sudupe, 64 para Ibon Aranalde y Jon Otegui, 48 para Josu Ozaita y Garikoitz Ibarlucea, 32 para Mikel Ozaita y 16 años para Goar Jiménez. Durante el juicio que se celebró este lunes en la Audiencia, el fiscal solicitó para cada uno de ellos dos años de prisión, menos para Goar Jiménez, para quien finalmente pidió sólo un año de prisión, puesto que consideró que tan sólo participó en uno de los hechos.

Consideró que no había quedado acreditado que los hechos supusieran peligro para la vida de las personas, ni probado que los acusados se taparan la cara con pasamontañas durante estos actos, por lo que eliminó el agravante de disfraz. El acusado Garikoitz Ibarlucea se encuentra en rebeldía, por lo que no fue juzgado.

Los ataques de los imputados


Entre las acciones por las que se les juzgaba, se encuentran el lanzamiento de artefactos incendiarios y piedras a la vivienda de dos concejales del PSOE en Ibarra (Guipúzcoa) en septiembre de 1999, y en 2000 cócteles molotov a la sede del "Diario Vasco" de Tolosa y a la estación de Renfe de esta localidad, así como al batzoki del PNV en Zizurkil.

Además, en enero de 2001 intentaron destruir la sede de la Tesorería de la Seguridad Social de Tolosa y en noviembre de ese mismo año causaron desperfectos en el vehículo de un trabajador de la Consejería vasca de Interior y en el de otras personas que estaban estacionados en la mima calle en Ibarra. También figura el lanzamiento de artefactos incendiarios contra la oficina de correos de la localidad de Alegría y contra un autobús urbano en Tolosa, ambas acciones ocurridas en enero y mayo de 2002, respectivamente.

Precedentes de otros acuerdos


Se trata del tercer juicio en la Audiencia Nacional, en los últimos nueve días, en el que acusados y fiscal han llegado a un acuerdo con las penas en casos por violencia callejera. El 1 octubre un acusado de lanzar un cóctel molotov contra una sucursal bancaria en Barcelona, en abril de 2002, aceptó ser condenado a un año de cárcel tras reconocer su implicación en los hechos, en un juicio en el que la fiscal solicitaba, en un principio, un año y seis meses de cárcel.

Además, el día 4 un acusado quedó en libertad y otro aceptó ser condenado a tres multas de 1.060 euros por delitos de coacción, después de que el fiscal cambiara su petición inicial de siete y once años de cárcel, respectivamente, por estragos terroristas cometidos entre 2001 y 2002 en San Sebastián.

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