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Fomento dejó que Air Madrid siguiera volando pese a que incumplía las normas de seguridad

Motores defectuosos, elementos de seguridad caducados, chalecos salvavidas en malas condiciones. Sólo ahora, con la actividad suspendida y la licencia de vuelo retirada, ha trascendido que Air Madrid estuvo volando sin cumplir las normas de seguridad. Según El Mundo, Fomento no tomó medidas; tampoco se cursaron las miles de quejas que los usuarios de la compañía han venido poniendo desde su creación, en marzo de 2004. La relación entre la subdirectora general de Explotación de Transporte Aéreo y un alto directivo de la aerolínea podría explicar parte de la inacción pese a las deficiencias detectadas.

Motores defectuosos, elementos de seguridad caducados, chalecos salvavidas en malas condiciones. Sólo ahora, con la actividad suspendida y la licencia de vuelo retirada, ha trascendido que Air Madrid estuvo volando sin cumplir las normas de seguridad. Según El Mundo, Fomento no tomó medidas; tampoco se cursaron las miles de quejas que los usuarios de la compañía han venido poniendo desde su creación, en marzo de 2004. La relación entre la subdirectora general de Explotación de Transporte Aéreo y un alto directivo de la aerolínea podría explicar parte de la inacción pese a las deficiencias detectadas.
(Libertad Digital) Explica El Mundo que el departamento del Ministerio de Fomento encargado de la ordenación, supervisión y control de la aviación comercial, la Dirección General de Aviación Civil, dejó de tramitar miles de reclamaciones de usuarios afectados "por la políticas comerciales ilegales empleadas por Air Madrid desde su creación en marzo de 2004".
 
Esta es una más de las irregularidades que envuelven a la compañía. Pero las hay más graves y que afectan directamente a la seguridad de los vuelos, pese a que la ministra de Fomento negó este domingo que alguien hubiera corrido peligro alguno. Detalla El Mundo que el Ministerio de Magdalena Álvarez permitió que Air Madrid volara "con los motores defectuosos y repletos de elementos esenciales caducados".
 
Uno de los datos más llamativos que aporta la información es que "las revisiones obligatorias que debe pasar cada aparato diariamente tuvieron lugar, en ocasiones, cada 685 horas". Todas estas deficiencias están certificadas por los técnicos de la Subdirección General de Control del Transporte Aéreo en varios informes redactados entre el 11 y el 12 de diciembre pasado.
 
Un plan de urgencia tras años después de miles de quejas
 
La tarea de supervisión de estos técnicos entraba dentro de un "plan de urgencia" que puso en marcha el Gobierno. El objetivo era "supervisar el estado del mantenimiento". La conclusiones no pueden ser más desfavorables porque se constata una cascada de directivas de aeronavegabilidad negativas. La normativa europea prohíbe volar si una sola de estas directrices no se cumple.
 
Aunque es ahora cuando han quedado plasmadas en varios informes esas deficiencias, a lo largo de los últimos tres años han supuesto siete paradas de motores en vuelo en una flota de Airbus de ocho aparatos.
 
Además de los fallos en los motores, estaban caducadas algunas de las botellas de oxígeno que permiten que las rampas hinchables se desplieguen en caso de accidente. Lo mismo ocurría con algunos extintores de los aseos y de las bodegas. En otros no aparecía "el intervalo de caducidad". Tampoco estaban "listas para el servicio" las botellas de oxígeno destinadas al pasaje en caso de despresurización de la cabina ni habían pasado las inspecciones diarias los chalecos salvavidas.
 
La inacción de Fomento
 
Concluye la información del diario de Pedro J. Ramírez que "habitualmente el Ministerio tiene por norma reducir la duración de los vuelos de aquellas compañías que hayan sufrido paradas en sus motores". En el caso de los de Air Madrid tendrían que haberse fijado en 90 minutos. Nada se hizo al respecto pese a que es una medida conocida y aplicada por Fomento en otras compañías.
 
El editorial que acompaña a la noticia apunta que "seguro que esta excesiva tolerancia hacia la compañía, que podría entenderse perfectamente como un hacer la vista gorda, tiene más de una explicación, pero en el sector vinculan los hechos a la relación estable que mantienen la subdirectora general de Explotación de Transporte Aéreo y un alto directivo de Air Madrid".

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