Según informa La Vanguardia, tres días después de la amenazas, Bolaño llamó personalmente a Barbeta para pedirle disculpas y reconocer que "fue un calentón". El origen fue la información publicada donde se divulgaban las alegaciones que el abogado del Estado preparaba para tratar de evitar que triunfase el recurso de inconstitucionalidad presentado por el PP contra el Estatut. La información permitía a los lectores conocer con exactitud la estrategia del Gobierno central de cara a evitar el triunfo del recurso del PP en el Constitucional.
El mismo presidente de la Generalidad José Montilla aseguró que desde su Gobierno "ni se está presionando, ni se presionará a los periodistas. No es el estilo de este Gobierno, ni se ha hecho, ni se hará, al margen de la orientación y la línea editorial de cada uno de los medios". PP y CiU han pedido ya la dimisión de Bolaño y han planteado iniciativas parlamentarias.
El portavoz de CiU, Felip Puig, consideró que el hecho era "gravísimo" y "sin precedentes en la historia democrática de Catalunya", y se preguntó: "Si éste es el talante del director de Comunicación de Presidencia en relación con los medios de comunicación privados, ¿qué debe de estar pasando en los medios públicos?". Por su parte, el portavoz adjunto parlamentario del Partido Popular, Daniel Sirera, reclamó la destitución de Bolaño con el argumento de que si no lo hacía "entenderemos que está asumiendo las amenazas de su jefe de comunicación".
ERC e Iniciativa no han dicho nada, ni a favor ni en contra, del director de Comunicación de la Generalidad. Sí se ha pronunciado el Consejo Profesional de La Vanguardia, que consideró "inaceptable que desde una administración pública se viertan este tipo de intimidaciones contra un periodista". Igualmente, este consejo apuntó que este caso "debería propiciar una seria reflexión sobre las relaciones entre prensa y poderes políticos".