L D (Agencias) La diputada popular por Álava, María Eugenia Martín, presentó la iniciativa denunciando la "hiperpresencia" de Batasuna-ETA, que "actúa de facto como si estuviera legalizada", realizando actos públicos mientras "el Gobierno no hace nada, está cruzado de brazos". "Y no hacer nada es consentir", apostilló. En su opinión, el Gobierno "tiene obligación de investigar y poner a disposición de la Justicia las pruebas de presuntos delitos", pero en lugar de eso trata de "disfrazar la realidad". "Todo es un engaño, un fraude de ley", concluyó.
A partir de ahí, los portavoces de los demás grupos fueron rechazando desde el escaño, uno tras otro y renunciando a subir a la tribuna, la iniciativa del Partido Popular con un abanico de argumentos.
Para Begoña Lasagabaster, de Eusko Alkartasuna, los populares se están convirtiendo con estas iniciativas es "los mejores publicistas de Batasuna" y "la campaña" que están haciendo la izquierda abertzale es ya "impagable". "Supongo que será cierto eso de que los extremos se tocan", apostilló.
El líder de IU, Gaspar Llamazares, también percibe esa labor "propagandista de Batasuna" que se achaca al PP, y advirtió de la "interpretación abusiva" de la Ley de Partidos que lleva a los 'populares' a pretender ilegalizar actuaciones desconociendo los derechos políticos de los ex miembros de Batasuna-ETA.
Georgina Oliva, de ERC, llamó la atención sobre el "discurso apocalíptico" del PP. "Tengan calma –dijo a los populares–. Están cansando a la ciudadanía con su cuento de Pedro y el lobo. No pierdan más tiempo en debates estériles ni manifestaciones".
Desde CiU se censuró especialmente el carácter "monográfico" de la oposición del PP, centrada sólo en la política antiterrorista. "Cuando un partido pasa a tener monográficamente un único tema en su agenda, o no tiene más alternativas o quiere hacer de este tema un debate para erosionar al Gobierno –explicó–. Y esto no es bueno porque en España hay muchas cosas que hacer".
El socialista Pedro Muñoz no ocultó su "indignación" por estas iniciativas del PP, que considera "la dosis semanal de división, crispación y enfrentamiento". Tras recordar que en la ilegalización de Batasuna-ETA no hay efectos penales para sus miembros, acabó achacando la actitud del PP al esclarecimiento de los atentados del 11-M.
También el diputado del PNV, Aitor Esteban, subrayó que el PP, "a falta de que las teorías conspirativas sobre el 11-M" ha optado por volver a "hacer ruido a cuenta de la situación política vasca", una fórmula que "tan bien le fue hace unos cuantos años". Eso sí, cree que los populares recurren a iniciativas "irresponsables" para dar la impresión de que Batasuna actúa igual que siendo legal, lo cual "es falso".
Tres mociones pendientes
Una vez rechazada esta iniciativa, todavía quedarán otras tres del mismo tenor pendientes de debate. En concreto, aún no se ha puesto fecha para discutir los textos del PP sobre la revocación de la resolución sobre terrorismo aprobada por el Congreso en 2005, la que defiende la apertura de juicio oral sobre el caso Egunkaria y la que pide al Gobierno que informe al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de que las circunstancias respecto a la ilegalización de Batasuna-ETA "no han cambiado".
El pasado mes de febrero el Congreso ya rechazó la primera proposición que el PP registró tras el atentado de la Terminal 4 De Barajas. Se trataba de un texto en el que se instaba al Gobierno a solicitar la ilegalización del Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV) que los demás grupos también respondieron desde su escaño, renunciando a su subir a la tribuna, y acusando al PP de utilizar la lucha antiterrorista de forma partidista.
El próximo martes, día 27, se debatirá en el Congreso una proposición no de ley del PP en la que se propone revocar la resolución que todos los grupos parlamentarios, salvo los populares, aprobaron en mayo de 2005 y que abría la puerta al diálogo con la organización terrorista ETA si se cumplían determinadas condiciones. En su propuesta, el PP, aboga por anular ese texto y enviar a la banda un "mensaje claro y rotundo de que la vía del diálogo está absolutamente cerrada".