LD (Agencias) En una conferencia de prensa celebrada en Pekín, Tony Banbury, director regional para Asia del Programa Mundial de Alimentos, expresó su grave preocupación después de que las autoridades de Pyongyang le han reconocido que en los próximos meses y ante la escasa cosecha de primavera, su país enfrentará un grave déficit de un millón de toneladas de alimentos.
Tras un viaje de tres días a Corea del Norte para revisar las actuales operaciones de la organización, Banbury señaló que "estamos perdiendo terreno en la lucha contra el hambre en Corea del Norte, que se enfrenta a un problema crónico de seguridad alimentaria". Ante ese panorama, mencionó que "el PMA está dispuesto a incrementar la asistencia alimentaria a los norcoreanos".
El director para Asia del PMA indicó que se había reunido con los ministros norcoreanos de Agricultura y de Asuntos Exteriores y que visitó varios almacenes y misiones del programa de Naciones Unidas en la provincia septentrional de Phyongan, en las ciudades de Sinuju y Ryongchan y en los distritos de Yonju y Tongrim.
El responsable regional señaló que ahora se está ayudando sólo a unas setecientas mil personas del total de seis millones que, según calculan, tienen graves necesidades en el aislado régimen estalinista. Aunque el PMA quiere desligarse de la situación política en ese país, Banbury desveló que hubo un "gran descenso" de los donantes en 2002 (año en el que se inició la crisis nuclear en Corea del Norte) y un "grave descenso" en 2006, cuando dicha crisis alcanzó sus momentos de mayor tensión.
De las novecientas mil toneladas de alimentos donados en 2001 se bajó a 350.000 toneladas de alimentos, y en 2006 sólo se entregaron 20.000, un 75 por ciento menos que en el año anterior. Donantes tradicionales como EEUU, Corea del Sur o Japón (los más críticos con las actividades nucleares de Pyongyang) retiraron su ayuda.