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El jefe de los controladores de Zouhier confiesa que no informaron del tráfico de explosivos porque "no se acordaron"

Como ya hizo el agente "Víctor", otro controlador de Rafá Zouhier admitió este lunes que nunca transmitió al Juzgado que el confidente les había informado de que Toro y Trashorras podían manejar 150 kilos de explosivos porque "no me lo preguntaron". Este policía ratificó que Zouhier informó del tráfico de explosivos en Asturias el 6 de marzo de 2003. También dijo que Zouhier no les habló de El Chino hasta después de los atentados. Declaró después el jefe de los controladores de Zouhier. Justificó el olvido de sus subordinados al Juzgado. Curiosamente, el jefe no conoció a Zouhier hasta el 12 de marzo de 2004, pero no relacionaron al acusado con los atentados.

Como ya hizo el agente "Víctor", otro controlador de Rafá Zouhier admitió este lunes que nunca transmitió al Juzgado que el confidente les había informado de que Toro y Trashorras podían manejar 150 kilos de explosivos porque "no me lo preguntaron". Este policía ratificó que Zouhier informó del tráfico de explosivos en Asturias el 6 de marzo de 2003. También dijo que Zouhier no les habló de El Chino hasta después de los atentados. Declaró después el jefe de los controladores de Zouhier. Justificó el olvido de sus subordinados al Juzgado. Curiosamente, el jefe no conoció a Zouhier hasta el 12 de marzo de 2004, pero no relacionaron al acusado con los atentados.
(Libertad Digital) Declaró esta jornada otro de los agentes que controlaban a Rafá Zouhier. Admitió que el colaborador les informó de que Toro y Trashorras intentaban vender 150 kilos de explosivos. Tras recibir la información, la Guardia Civil hizo un informe, lo elevaron a la jefatura de la sección y ésta a la jefatura de la unidad "y ellos deciden". También confirmó que Zouhier les entregó una muestra de explosivos. Era una cantidad mínima que el guardia civil entregó a los Tedax, quienes dijeron que estaba degradada y no tenía valor, aunque "no me dijeron qué clase de explosivo era".
 
También dijo este agente que Zouhier no les habló de El Chino hasta después de los atentados y les acompañó a su domicilio. Prometió facilitarles el teléfono de Jamal Alhmidan. El testigo policial afirmó que esta información fue trasladada a la Unidad Central Especial de Terrorismo. A preguntas del fiscal, el guardia civil dijo que desde la primera información sobre explosivos hasta los atentados Zouhier no volvió a mencionar ningún tipo información relativa a explosivos.
 
También salió a colación el nombre de quien les puso en contacto con Rafá en la prisión de Villabona. El guardia civil tuvo sus reticencias en decir el nombre de este otro confidente por ser "un testigo protegido". Reveló el nombre, Mario Gascón, después de que Gómez Bermúdez, visiblemente impacientado dijera: "No se cuántos testigos protegidos había antes, ahora son todos los españoles. Responda".
 
Tampoco dijo nunca en el Juzgado la cantidad de explosivos de los que habló Zouhier. Admitió que cuando vio la relevancia de este dato no se puso en contacto con la Fiscalía "porque íbamos a venir a juicio". Fueron a la prisión Villabona a petición de Zouhier que quería colaborar sobre tráfico de explosivos y armas. En la reunión del 12 de marzo el guardia civil aseguró que fue Zouhier el primero en sacar el tema de los atentados. Le llamaron para recabar información sobre una persona y Zouhier les dijo "estaréis muy ocupados con lo que ha pasado". No obstante no relacionaron al confidente con lo ocurrido.
 
También declaró uno de los responsables de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Dijo que no conoció a Rafa Zouhier hasta el día 12 de marzo de 2004. Hasta ese momento, reconoció, que no había leído las notas elaboradas por los controladores de Zouhier en las que constaba la información relativa al tráfico de explosivos. Esa nota, afirmó, estaba redactada el 6 de marzo de 2003. Le han preguntado también qué hacían con toda los datos que le suministraba Rafa. Éste no ha contestado nada concreto. Se ha limitado ha exponer que "depende de qué información sea".
 
Declaró que, en una visita realizada a la cárcel tras su detención en relación con los atentados, éste "se echó a llorar cabizbajo" cuando le preguntaron si sabía algo relacionado con la masacre. "No dijo nada", explicó, y añadió que tampoco realizó referencias a Jamal Ahmidan, "El Chino". El testigo detalló que aquella visita la realizó en compañía de dos agentes de la Unidad Central número 2 de la Guardia Civil que acudieron a prisión con intención de solicitar al acusado que enviara una carta al cuñado de José Emilio Suárez Trashorras, Antonio Toro, para convencerle de que colaborara con ellos. El miembro de la UCO indicó que una de sus funciones es precisamente realizar visitas a detenidos en cárceles para conminarles a colaborar con las autoridades.
 
Dijo, por otra parte, que Zouhier comunicó datos a la UCO sobre "El Chino" de forma "voluntaria" y confirmó que el acusado incluso acompañó a miembros de su unidad a la calle Villalobos, donde residía Ahmidan. Recalcó, no obstante que "la mayoría de los informantes no suelen informar de todo".

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